miércoles, 20 de septiembre de 2023

Rosati: ¿Jugamos al cuarteto?


Oscar Rosati era una persona muy sociable. Tenía muchos círculos de amistades, normalmente relacionados con la guitarra, por lo que en muchas ocasiones estas personas estaban conectadas entre sí. En esta ocasión hablaremos de uno de los grandes amigos de Oscar, el guitarrista Omar De Tomás (1929-2017) y, por extensión, de toda su familia. Además, a partir de esta relación, descubriremos multitud de conexiones con otras personas de las que ya hemos hablado en anteriores artículos: Ofelia Delfino de Reyes, Andrés Gaviño, Pablo Anapios, el Dr. Aureliano Maciel Valera o Emilio Colombo.

Omar De Tomás y su familia

Omar De Tomás nació en el seno de una familia de ambiente musical. Su padre tocaba el bandoneón y la guitarra, también guitarristas eran alguno de sus tíos. En ese entorno empezó sus primeros contactos con la guitarra, posteriormente hizo los estudios formales con la guitarrista Ofelia Delfino de Reyes. Con ella y otro de los alumnos, Edgardo Cardinale, tocaron en un trío por mucho tiempo. Omar, aparte de presentarse como solista en conciertos, tuvo un dúo con el intérprete Pablo Anapios. También ejerció la docencia preparando a alumnos de todas las edades, además, compuso varias obras originales para guitarra.

Una de las facetas a destacar de Omar fue su esfuerzo en mantener la cultura de la guitarra en su ciudad. Después de participar en la antigua «Asociación Guitarrística Argentina», él, junto a un grupo de guitarristas, crearon el «Círculo Guitarrístico Argentino». En este grupo podíamos encontrar a eminencias como María Angélica Funes (presidente), Eduardo Múscari, Pablo Anapios, Emilio Colombo (discípulo de Andrés Segovia) o al mismísimo Oscar Rosati.

La familia De Omar vivía en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Villa Devoto. Estaba formada por su esposa Carmina Álvarez (de origen asturiano, España) y sus hijas Graciela y Violeta Mara. Todos eran intérpretes de guitarra.

Carmina Álvarez aprendió guitarra, ya de mayor, con el profesor peruano Andrés Gaviño (al cual Rosati le dedicó su Vals Peruano n.º 1). Graciela y Violeta se introdujeron en la técnica guitarrística gracias a su padre, después hicieron los estudios formales con los profesores Gaviño y, principalmente, con el maestro Emilio Colombo.

Violeta, Omar y Rosati
La familia De Tomás y Oscar disfrutaron durante muchos años de innumerables veladas guitarrísticas tanto en Santa Clara del Mar como en la ciudad de Buenos Aires. Las hijas, en esa época muy pequeñas, recuerdan lo bien que lo pasaban muchas tardes, tocando toda la familia junta o leyendo la vasta colección de historietas que tenía Rosati en la biblioteca de su casa «El Langostino Melancólico» (Santa Clara del Mar).

Oscar dedicó varias obras a los miembros de esta familia, por ejemplo: a Violeta Mara, la «Canción de cuna» (1977); a Carmina, «Dos estudios despulgarizados» (1971) o, a la familia entera, el cuarteto para guitarras «¿Jugamos al cuarteto?» (1972).


¿Jugamos al cuarteto? 

Compuesto para la linda familia De Tomás, con todo mi cariño

Como introducción a esta obra utilizaré algunas anécdotas que nos explica Violeta al respecto: 

—Yo tenía 11 años, hacía poco que estaba estudiando guitarra clásica, y en su casa de Santa Clara, Oscar me hizo leer la tercera guitarra sin decirme lo que era. Cuando se cercioró que yo podía tocar mi parte, me enteré de que era un cuarteto escrito para mi familia. 

Cuando lo íbamos a estrenar y ya lo sabíamos, Oscar vino a mi casa para ensayarlo con él y ver la interpretación. 

Nos sentábamos cada uno de los miembros de mi familia en un lado distinto de una mesa rectangular. Las partituras apoyadas arriba de la mesa. Oscar al lado de alguno de nosotros, no me acuerdo, pero no al lado mío. Yo ya estaba un poco cansada del ensayo, así que me puse una historieta en la falda. Como sabía de memoria mi parte, tocaba la guitarra y leía al mismo tiempo. Esto hasta que se dio cuanta mi papá y recibí el reto correspondiente. Oscar se rio y dijo que ya se había dado cuenta de lo que yo estaba haciendo y no había querido decir nada.—

Violeta nos narra más datos sobre la preparación y estreno de la obra: 

—Los encuentros para ensayar el cuarteto fueron en mi casa. Óscar se quedaba incluso muchas veces a dormir con nosotros. La obra fue tocada varías veces en las reuniones de guitarristas de las que participaban mis padres. En casa de Maciel Varela, en la reunión que se hacía los últimos sábados de cada mes, diría que se estrenó.— 


En la partitura manuscrita podemos ver una presentación muy peculiar de la familia De Tomás. Son las habituales bromas de Rosati:

Para el "De Tomás Ensamble" de Villa Devoto


Mamá Carmina......... Violintarra 2ª 
Papá Omar................ Violontarra 
Clavito 1º Graciela.... Violintarra 1ª 
Clavito 2º Violeta....... Violetarra 
Alexa Foxterrier......... Percusión 
Chiripi Flautalli.......... Trinos 


Rosati no solo enumeró a los miembros de la familia, sino que además incluyó en el ensamble a las mascotas que ellos tenían en esa época. Hay recuerdos divertidos al respecto, por ejemplo, Violeta nos comenta cómo Oscar utilizaba de metrónomo el batir de la cola de la mascota Alexa:

—Nosotros teníamos una perrita que se llamaba Alexa. Muchas veces Oscar, haciendo escalas en la guitarra, en mi casa, trataba de llevar la velocidad según el movimiento de la cola de mi perra.—

Respecto a Chiripi era un canario, que seguro que ambientaba con su trino los ensayos de la familia. Por cierto, las aves era otra de las pasiones de Rosati.

Nos comenta Carmina que esta obra también fue ejecutada por otro cuarteto, integrado por los guitarristas Liliana del Bono o el doctor Nicolás Carnuccio entre otros.

La obra 

Con lo comentado hasta ahora, este divertimento para guitarras se nos puede antojar como una amable composición de entretenimiento familiar sin más trascendencia. Todo lo contrario: es una obra muy seria, inspirada en el lenguaje romántico del siglo XIX, con una escritura que nos recuerda a los cuartetos de cuerda de esa época. Probablemente, cuando Oscar habla de «jugar al cuarteto», se está refiriendo a «disfrazar, imitar o convertir» a las guitarras en estos instrumentos de cuerda frotada. La divertida presentación del ensamble, la arquitectura de la obra o algunos reguladores que aparecen en la partitura parecen indicar ese enfoque.

Oscar y Omar tomando el mate
(entre ellos la perrita Alexa)
La obra está articulada en un solo movimiento, conteniendo varios de temas que se van desarrollando a lo largo de la composición. Estos son expuestos y re-expuestos utilizando multitud de técnicas compositivas. Para ello, Rosati recurre al contrapunto, la individualización de motivos y el diálogo entre ellos, a numerosas modulaciones y cambios de tempo, a importantes juegos con las dinámicas, etc. Una suerte haber podido conservar esta obra, excelente para ampliar el repertorio de los cuartetos de guitarra.

La presente edición está basada en los manuscritos que Rosati y la familia De Tomás utilizaron en la preparación de la obra. Por una parte, tenemos la partitura general, en la cual podemos apreciar algunos cambios o correcciones que Rosati efectuaba en el transcurso de los ensayos. Después, tenemos las particellas, en ellas encontramos todas las indicaciones de digitación. Entre la partitura general y las particellas se pueden apreciar algunas pequeñas diferencias, por ejemplo: acordes con más o menos notas; alguna indicación de tempo o dinámica diferentes entre sí, pero equivalentes; o algunas plicas y corchetes colocados de diferentes formas. Esas diferencias son casi imperceptibles y no alteran el sentido de la obra. La única aportación que he hecho ha sido incluir en las particellas toda la información sobre agógica que estaba exclusivamente en la partitura general.


Partitura:
Particellas:


Agradecimientos 

  • Violeta Mar De Tomás 
  • Graciela De Tomás 
  • Carmina Álvarez Álvarez 
  • María Concepción Patrón 
  • Gustavo Antonio Aponte

viernes, 18 de agosto de 2023

Rosati: Obras escritas en Santa Clara del Mar durante 1975



Santa Clara del Mar es una ciudad costera cercana a Buenos Aires, fue fundada en 1949 por los hermanos Antonio y José María Orensanz. Tengo la suerte de estar en contacto con el hijo de José María, Juancho Orensanz, persona que ama esta población y conserva (y comparte) una valiosísima documentación gráfica en la cual podemos ver la evolución de Santa Clara a lo largo de los años. Además, tanto él como su padre, fueron muy buenos amigos del maestro Rosati.

Alberto Chahin en «El Langostino Melancólico»
La familia Rosati tenía en esta localidad una casa de veraneo, donde se celebraban encuentros, aún muy recordados, con sus amistades y colegas guitarristas. Oscar bautizó a su casa con el divertido nombre de «El Langostino Melancólico». Se podría hablar mucho de este entrañable lugar y las reuniones que en él acontecían, pero será para otro artículo. En este caso quería contextualizar el entorno donde se escribieron una serie de obras.

Actualmente, en Santa Clara hay una densidad de población de más de 7.000 personas. En la época que estamos hablando, años 60 y 70, tanto la población como el entorno eran muy diferentes. Por entonces era un lugar poco visitado y la zona era muy agreste y con pocos servicios.

A día de hoy la casa de los Rosati también está muy transformada, casi irreconocible. Mi amigo Alberto Chahin (1947-2023) le hizo una visita en el año 2021, se encargó de hacer unas fotos para poder situarnos más en el contexto.


Obras escritas durante 1975 en Santa Clara del Mar

Rosati dedicaba gran tiempo de sus descansos en Santa Clara para estudiar y escribir música para guitarra. Tenemos la gran suerte de haber recuperado parte de esas composiciones gracias, principalmente, a los archivos de José Smiroldo y María Concepción Patrón. También, una de las obras, debemos estar agradecidos a Gustavo Antonio Aponte y Violeta Mar de Tomás. Hay que destacar que son partituras inéditas, es decir, manuscritos que se podían haber perdido con suma facilidad. En este artículo nos vamos a centrar en las piezas escritas a lo largo de 1975. 

Un detalle peculiar de toda la obra escrita en Santa Clara es su temática, básicamente dedicada a la naturaleza: Minuet del pájaro silbador, En el campo, Montes lejanos, Variaciones de primavera, etc. incluso obras como Habanera para guitarra o Maullato ma non troppo hacen cierta referencia a esa temática. 

Las presentes ediciones se han basado en los manuscritos que conservó José Smiroldo en su archivo, este, después de su fallecimiento, fue a parar a la biblioteca Juventud Moderna de Mar del Plata. La única excepción es la obra Maullato ma non troppo, de la cual se han podido consultar dos manuscritos gracias a Gustavo Antonio Aponte y Violeta Mar de Tomás.


Minuet del pájaro silbador (Santa Clara del Mar, enero de 1975)

La composición empieza con un motivo que representa el canto de un pájaro (¿tal vez un suirirí silbón?). Este motivo no va a parar de modular y transformarse durante toda la obra, con la misma agilidad e inquietud que haría un pájaro. Nuestra imaginación podrá recrear fácilmente la imagen de este alado revoloteando, cantando y saltando de rama en rama al ritmo de la danza del minuet.


Partitura: Minuet del pájaro silbador


Maullato ma non troppo (Santa Clara del Mar, 12 abril 1975)

Esta obra ya fue presentada y comentada en el artículo dedicado a los gatos escritos por Rosati. Aquí el artículo:

http://oscarrosati.blogspot.com/2023/03/gatos-escritos-por-oscar-rosati.html


Partitura: Maullato ma non troppo
 

En el campo (Santa Clara del Mar, 25 de agosto de 1975)

Obra de gran belleza y placidez, tal como indica el inicio de la partitura: Plácidamente
Esta agradable pieza es ideal para los estudiantes de guitarra, de fácil ejecución y gran musicalidad. Su sencilla melodía es acompañada por unas emotivas armonías que dan gran riqueza y variedad al discurso musical. Una peculiaridad de este manuscrito es que no tiene ninguna indicación de digitación, algo sorprendente hablando de Rosati. Posiblemente, el archivo consultado fue una primera versión de la obra, aún pendiente de incluir esas indicaciones. Me he tomado la licencia de digitar la obra para facilitar la lectura a los estudiantes, en la presente edición dejo bien claro que es mi «propuesta de digitación».


Partitura: En el campo


Habanera para guitarra (Santa Clara del Mar, 2 de septiembre de 1975)

Al igual que Maullato ma non troppo esta obra también fue comentada, en este caso en el artículo dedicado a las habaneras escritas por Oscar Rosati. Aquí tenemos el texto:

http://oscarrosati.blogspot.com/2023/02/habaneras-escritas-por-oscar-rosati.html


Partitura: Habanera para guitarra


Agradecimientos

Alberto Chahin
José Smiroldo (biblioteca Juventud Moderna de Mar del Plata)
Juancho Orensanz
Violeta Mar de Tomás
Gustavo Antonio Aponte

jueves, 10 de agosto de 2023

Guaranias escritas por Oscar Rosati

La guarania

La guarania es un género musical desarrollado en los años 20 (s. XX) por el importante compositor José Agustín Volta Flores (1904-1972). José nació y vivió en Paraguay, aunque a partir de los años 30 siguió su carrera musical en Buenos Aires hasta su fallecimiento.

José Agustín Volta Flores (1904-1972)
José Agustín Volta Flores (1904-1972)
José se inspiró en la polka paraguaya para diseñar este género. A diferencia de la alegre polka, a esta nueva forma le impuso un tempo más pausado y mayor desarrollo melódico y armónico, respetando el mismo tipo de compás (6/8 o 3/4). Son composiciones habitualmente cantadas, las cuales suelen tratan temáticas nostálgicas. Con la aparición de las primeras guaranias, el género enseguida se hizo muy popular en Paraguay, llegando incluso a extenderse al sur de Brasil y el norte de Argentina.

En el año 2022 se iniciaron los trámites para proponer a la guarania como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad ante la UNESCO.

Oscar Rosati trató poco este género, tenemos documentada una guarania original suya y el arreglo que hizo para guitarra sola de otra escrita por Domingo Marafioti.


Guaranias escritas por Oscar Rosati


Guarania nº 1

Gracias al archivo de la guitarrista María Concepción Patrón se ha podido conservar esta partitura inédita de Rosati. La arquitectura de esta obra nos puede recordar a la pieza de Rosati, también de temática paraguaya, «Polca para un héroe» de su ciclo «Cinco Piezas Americanas». Esta composición tiene una gran (y atrevida) riqueza armónica, así como importantes exigencias técnicas. Es muy interesante el desarrollo que tienen algunos de los motivos de la melodía inicial, los cuales aparecen en hasta tres octavas diferentes acompañados con diferentes recursos guitarrísticos. También hay que destacar el curioso acompañamiento obstinato que acompaña la emotiva, e incluso exótica, melodía de la sección final. Una suerte que María Patrón conservase esta pequeña joya musical.

El manuscrito, curiosamente, no está dedicado ni fechado.

Partitura: Guarania nº 1

Río arriba, tu voz…

Este es uno de los arreglos que hizo Rosati para la editorial/distribuidora Julio Korn. En esta ocasión se trata de una guarania escrita por el compositor tucumano Domingo Marafioti (1913-2002) y letra de la artista Raquel Taboada.

Domingo fue un pianista y director de orquesta muy activo, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires. Dirigió numerosas orquestas desde los años 40, llegando sus actividades hasta finales de los años 80. Su faceta como compositor fue menor.

De Raquel podemos comentar que conocía a Oscar Rosati, esto lo demuestra una copia del chôros nº 5 (versión manuscrita) que el maestro entregó y dedicó a Raquel (Buenos Aires, agosto de 1961). También destacaremos que fue guitarrista, alumna de Consuelo Mallo López (1913-1995), y artista plástica. Fue la última esposa del gran Abel Fleury (1903-1958), con el que llegó a tocar en dúo.

Esta información se la debemos al guitarrista Gustavo Antonio Aponte, el cual entró en contacto con la familia Taboada. También fue quien aportó un ejemplar de esta obra para la presente edición.

El arreglo de Rosati de «Río arriba, tu voz…» fue publicado por la editorial de Buenos Aires Julio Korn, impresa el 5 de noviembre de 1962. En la partitura encontraremos la letra de la guarania, que se da por hecho que hay que conocer la canción para poderla integrar con la melodía, ya que el texto no tiene notación musical. Otro detalle es que el apellido del compositor aparece como «Marafiotti» (realmente es Marafioti).

En la edición publicada por la editorial se encuentran numerosos errores de maquetación (notas, alteraciones, indicaciones de cuerda, cejilla…), impensable es que vinieran de origen del manuscrito original que entregaría Rosati a la editorial. En la presente edición han sido corregidos todos esos fallos.


Partitura: Río arriba, tu voz…

Letra «Río arriba tu voz...»


Puesta de sol desde tus ojos,
árbol que quiso ser tu canto.
Camino, negro camino mío,
con seis cintas de olvido,
en tu destino.

Río arriba tu voz...
Río abajo quedo yo.
Farol que se hizo luna,
para alumbrar tu voz.

Litoral te estoy cantando,
con un gemido en mi voz,
si tu río ya no vuelve...
y esa alondra ya no está,
para qué yo he de cantar.

Agradecimientos

María Concepción Patrón
Gustavo Antonio Aponte

domingo, 4 de junio de 2023

Bailecitos escritos por Oscar Rosati


Cuando debo tratar sobre folclore argentino en los artículos de Rosati suelo pedir asesoramiento a guitarristas especializados, uno de ellos era mi entrañable amigo Alberto Chahin (1947-2023). El presente artículo es el último en el cual me dio consejo, al final del texto le dedicaré unas palabras.

El bailecito

El bailecito es una danza folclórica originaria de Bolivia, se tiene documentado desde principios del s. XIX. Durante su expansión llegó a enraizar en varias provincias argentinas, como Jujuy, Salta o Tucumán, lugares donde se interpretan y bailan en la actualidad. La guitarra acompañante también llegó a esta danza, aunque, nos comenta el guitarrista Alberto Chahin, no es habitual encontrarla en el repertorio de la guitarra solista, a diferencia de danzas como el gato, la zamba o la milonga

Oscar Rosati escribió, según tengo documentado, dos bailecitos originales para guitarra. 

Bailecitos escritos por Oscar Rosati

Kanchis Soruco

El origen del título es la premiada obra literaria Kanchis Soruco del escritor argentino Fausto Burgos (1888-1953). La novela es un drama puneño (de Puno, ciudad del Perú) en la que se narra el triste enfrentamiento entre el mundo quechua y la gente de ciudad. Esta novela incluso llegó a tener versión teatral con el título «Kanchis Soruco o los parias de la montaña». Representándose en los años cincuenta en el «Teatro del Pueblo» de Buenos Aires bajo la dirección de Leónidas Barletta (1902-1975). 

Rosati dedicó este bailecito al mismísimo Fausto Burgos, pero no tengo documentado si ellos llegaron a conocerse personalmente. Rosati, como norma, dedicaba sus composiciones a personas con las cuales tenía contacto: amigos, familiares o colegas. Podría darse el caso, en esta ocasión, de que Rosati hiciera un tributo a esta novela y su autor.

El guitarrista Gustavo Antonio Aponte recuerda que la obra Kanchis Soruco, al igual que Cardones (también de Rosati), fueron impuestas en uno de los concursos del Círculo Guitarrístico Argentino de Buenos Aires. 

La partitura fue publicada por Antigua Casa Nuñez, impresa el 9 de septiembre de 1961. La edición que presentamos se basa en un ejemplar cedido por el antes mencionado guitarrista Gustavo Antonio Aponte. 

Partitura: Kanchis Soruco

Con relación a esta obra tenemos una bonita anécdota que me narró la eminente guitarrista María Concepción Patrón, forma parte de su biografía:

De 1962 hasta 1965 toqué cada año en los conciertos auspiciados por la Asociación Guitarrística en el Teatro del Pueblo (en diagonal Roque Saenz Peña). En el año 65 toqué la obra Kanchis Soruco, ese día vino al recital Silvano Picchi* (yo ni lo conocía) a escribir su crítica sobre el concierto. Cuando salió publicada lo llamé para agradecerle sus elogios, él me pidió una copia del Kanchis porque le había gustado mucho. Así que cuando le alcancé la partitura nos conocimos y ya no nos separamos más. Al siguiente año nos casamos y vinieron los hijos, así que hasta el año 1975 no volví a actuar.

* Reconocido compositor y destacado crítico musical del diario «La Prensa». De origen italiano (Pisa, 1922) se radicó en Argentina desde 1926. Falleció el 18 de octubre del 2005.

Coya soy 

El término «coya» hace referencia a un conjunto de pueblos indígenas andinos pertenecientes al norte de Argentina. Precisamente Jujuy, Salta o Tucumán, lugares donde arraigó el género del bailecito.

Esta obra la encontramos dentro del repertorio que incluyó Rosati en su segunda cartilla de la guitarra, publicada por Antigua Casa Nuñez. Fue impresa en Buenos Aires en junio de 1966.

Partitura: Coya soy

Agradecimientos 

Alberto Chahin 
Gustavo Antonio Aponte 
María Concepción Patrón 


Unas palabras dedicadas mi amigo el guitarrista Alberto Chahin 

Con Alberto entré en contacto a principios de enero del 2021. Me dirigí a él por la razón de que sabía que había tenido un dúo de guitarras con el intérprete José Smiroldo, amigo del maestro Rosati y fuente de muchas de las obras que estoy publicando. Alberto me comentó que ellos habían tenido una gran amistad y que habían tocado juntos durante muchos años. Una de las obras que solían interpretar era el dúo «Dos Diablitos» de Oscar Rosati.

Alberto Chahin
Alberto Chahin
Desde el primer momento Alberto y yo entablamos una buena amistad, continuamente nos comunicábamos por mensajería, llamadas o videoconferencia. Cualquier obra que yo publicaba de Rosati él enseguida la revisaba y la tocaba, me enviaba sus interpretaciones y me avisaba de cualquier errata que yo cometiese en la edición. ¡Incluso un día fue a visitar la antigua casa de Rosati en Santa Clara del Mar para documentarme sobre ella!

Era una persona con una vitalidad y positivismo envidiables, siempre me alegraba hablar con él.

Alberto, como experto en autores como Abel Fleury o el folclore argentino, siempre me instruía sobre los diferentes géneros argentinos que tenía que tratar en mis artículos, de hecho, participó en muchos de ellos. Siempre me ilustraba de viva voz, explicándome de una forma muy vívida sus conocimientos sobre músicas como el estilo, la milonga o el gato. El último artículo en el cual me asesoró fue precisamente este, el dedicado al bailecito. Aún recuerdo su última conversación, ese día lo encontré realmente agotado y sin fuerzas, en esas condiciones quería interpretarme un bailecito con la guitarra para que yo supiera como tenía que ejecutarse. Eso fue el pasado 13 de abril, poco tiempo antes de fallecer. Él siempre me ocultó su enfermedad.

Es increíble que, teniendo en cuenta el trance por el que estaba pasando, nunca paró de trabajar con sus alumnos, colaborar en mi trabajo o pensar en futuros proyectos. Todo eso sin quejarse en ningún momento. Uno de esos proyectos, siempre me comentaba, era la preparación para concierto de la suite de Rosati «Serie a la manera antigua», la cual estaba estudiando y le entusiasmaba especialmente.

Era tal su positivismo que siempre me repetía, aun estando enfermo (sin yo saberlo), que deseaba venir a Barcelona y conocernos personalmente. Era un día que yo estaba esperando con ilusión. Lo que sí pudo hacer, y en dos ocasiones, fue colaborar desde Argentina en el programa radiofónico «Guitarra para todos» emitido desde Barcelona, dirigido por el guitarrista, también argentino, José Luis Benítez. José Luis, buen amigo mío y también colaborador en el trabajo dedicado a Rosati, preparó un programa especial dedicado a la memoria de nuestro querido Alberto Chahin. Aquí dejo el enlace:


El día que falleció, el 6 de mayo, lo primero que hice fue guardar todas sus conversaciones como un tesoro. Al descargar los archivos probé uno al azar para asegurarme de que los podía escuchar. En ese mensaje Alberto me hablaba sobre los sincronismos, en concreto uno relacionado con una de las obras de Rosati, además, me comentaba que él prestaba especial atención a ese fenómeno y que en algún momento quería hablar conmigo al respecto. Como exclusivamente hablábamos de música no quise desarrollar ese tema, aunque, él no lo sabía, uno de mis trabajos trata precisamente sobre los «sincronismos exóticos», los cuales califico de fenómenos inteligentes y no casuales. Al escuchar por «azar» ese mensaje, el único entre muchísimos sobre música, me puse en guardia. Intuía que algo iba a pasar en breve, y así fue: pocos días después me llamaron dos Ángeles. Me explico:

Los profesores particulares de guitarra sabemos lo difícil que es conseguir alumnos, es un proceso lento y espaciado en el tiempo, precisamente no ocurre todos los días. Pues el día 11 de mayo (5 días después del fallecimiento de Alberto) me llamaron dos personas, con escasos minutos de diferencia, para que yo les diera clases. Esas personas eran de poblaciones diferentes y no se conocían entre sí. Conseguir estos dos nuevos alumnos lo consideré como un gran regalo, pero lo sorprendente es que los dos tenían el mismo nombre: Ángel. Nombre con una connotación muy especial dado el caso. 

Puede ser una tremenda (exótica) casualidad, pero para mí es un saludo de mi querido Alberto. Seguro que sigue con tantas ganas de ayudar y hacer cosas por los demás, como hizo hasta hace bien poco en la Tierra.

martes, 21 de marzo de 2023

Gatos escritos por Oscar Rosati


El gato es una alegre danza argentina muy extendida hacia otros países limítrofes, la tenemos presente desde mediados del s. XIX. Entrado el s. XX, los guitarristas, tanto folclóricos como académicos, empezaron a adaptar esta danza a la guitarra, incluso escribieron muchos gatos exclusivamente para este instrumento, alejándose del entorno original. Este fue el caso de Oscar Rosati. 

Gatos escritos por Oscar Rosati


El Donosito 

Oscar Rosati era el menor de una familia muy numerosa, 11 hermanos. Él y su hermana Yolanda, los más pequeños, fueron los únicos que nacieron en Argentina, los demás en Italia. Una de sus hermanas mayores, Luisa, tuvo dos hijos: Sofía Beatriz Solans y Modesto Enrique Solans (sobrinos de Oscar). 

De Beatriz ya hablamos en su momento con la presentación de la obra Chôros n.º 2 «Beatriz», composición dedicada a ella: 

A mi sobrina, la delicada guitarrista Sofía Beatriz Solans, cariñosamente

La obra que trataremos en esta ocasión, «El Donosito», está dedicada al hermano de Beatriz, Modesto Enrique Solans. Oscar puso la siguiente dedicatoria en la partitura: 

A mi sobrino Modesto Enrique Solans 

Este gato fue escrito en Comodoro Rivadavia en noviembre de 1952. Unos años después, Rosati publicó esta obra, fue impresa el 31 de agosto de 1954. El musicólogo Vincenzo Pocci ha compartido un ejemplar de esta edición, el cual ha sido utilizado para este artículo. El ejemplar de Pocci formaba parte del archivo del prestigioso guitarrista Adolfo Victoriano Luna (1889-1971), fue entregado personalmente a Adolfo por Rosati. Esto lo sabemos gracias a un texto que escribió Rosati en la partitura:

Al destacado maestro D. Adolfo V. Luna, con todo respeto 
C. Rivadavia, 7-III-55

Por suerte aún tenemos más documentación: 

Gracias al alumno y amigo de Rosati, Luis Horacio Almirón, disponemos de una introducción inédita para esta obra. La encontramos en una versión manuscrita de «El Donosito» que Luis conserva en su archivo. Asimismo, también conserva dos manuscritos que corresponden a dos copias diferentes de una segunda guitarra que escribió Rosati para esta obra. Violeta Mara de Tomás también tiene otro manuscrito, algo diferente a los de Luis, de esa segunda guitarra. Esos tres documentos demuestran la importancia que daba Rosati a ese refuerzo que escribió para «El Donosito». La versión de Violeta, que es la más moderna, es la que he escogido para esta publicación. Básicamente, son iguales, pero en la más actual tiene algunos detalles que hacen que sea una versión más pulida.

Partitura: El Donosito 

Florentino 

Ya se ha comentado varias veces que Rosati, cuando daba clases en Comodoro Rivadavia, tenía la costumbre de dedicar alguna obra a sus alumnos el día de su cumpleaños. Este es el caso de «Florentino», gato dedicado a Florentino Delgado: 

A mi alumno Florentino Delgado 

La obra está fechada en Comodoro Rivadavia, 20 de septiembre de 1953. Posteriormente, Rosati recopiló estas obras y las publicó en dos álbumes de partituras titulados: «Colecciones para guitarra, Juvenil, obras elementales». La obra «Florentino» la encontraremos en el álbum n.º 1, impreso en noviembre de 1961 y distribuido por Antigua Casa Nuñez. La siguiente edición está basada en un ejemplar perteneciente al archivo del musicólogo Vincenzo Pocci.


Partitura: Florentino

Maullato ma non troppo 

Este simpático título fue escrito por Rosati durante una de sus estancias en Santa Clara del Mar, localidad de veraneo de la familia Rosati. Esta obra no llegó a ser publicada, pero disponemos de dos manuscritos de este gato. Uno de ellos se podía conseguir gracias al servicio «Serbol» (Servicio Bibliográfico On Line) de Buenos Aires. Este servicio, dedicado a la promoción de autores argentinos, estaba dirigido por el «Círculo Guitarrístico Argentino». El ejemplar consultado se lo debemos agradecer al guitarrista Gustavo Antonio Aponte. 

El segundo manuscrito es un ejemplar muy especial, pertenece al archivo de Violeta Mar de Tomás, hija del guitarrista Omar de Tomás. Después describiremos detalladamente este documento. 

En lo que respecta a posibles diferencias musicales entre los dos manuscritos, podemos decir que son prácticamente iguales. La partitura de Serbol se puede considerar como una versión definitiva, ya que se detecta claramente algún cambio que hizo Rosati directamente sobre el otro manuscrito. Básicamente, son indicaciones de digitación y el borrado de ligaduras de mantenimiento de sonido en algunos acordes.

La obra está dedicada a su amigo Rodolfo Alfonso y esposa, la dedicatoria es algo diferente en cada documento. 

Serbol: 

A mis queridos amigos Rodolfo Alfonso y su señora 

Archivo Violeta Mar de Tomás: 

Al amigo Rodolfo Alfonso y señora, con gran afecto 

La versión de Violeta nos proporciona la fecha de creación de la obra: Santa Clara del Mar, 12 de abril de 1975. Además, tiene una serie de textos muy simpáticos, que son bromas exclusivas para el grupo de amigos por donde circulaba esta versión de la partitura. Este tipo de bromas ya las podíamos observar en algunas de las partituras que Rosati compartía con el guitarrista Sixto Almirón (1904-1961), nos estamos remontando al Comodoro Rivadavia de los años 50. 

En la cabecera de «Maullato ma non troppo» encontramos estos textos:

“Gatita para tu gato; digo Gatito para tu gata” 
GATA ¡que digo gata! ¡GATO! 

Un poco más abajo: 

Para una guitarra solita… por favor… 

Seguidamente, empieza la obra con la indicación «* a media voz todo», el asterisco nos envía al pie de página para que leamos este texto: 

* Para que la gatita, que es muy chiquitita, pueda bailar dichosa sin tener que salir corriendo enloquecida y erizada como un escobillón. 

Después encontraremos otros textos que requieren contextualización. Violeta nos sitúa con estos recuerdos que ella vivió en primera persona, cuando era pequeña:

En la casa del Dr. Aureliano Maciel Valera (odontólogo), al cual le llamaban Lalo, se hacía un encuentro de guitarristas el último sábado de cada mes. Asistían, por ejemplo, Oscar Rosati, Omar de Tomás, Rodolfo Alfonso, etc. Juntos hacían un recital en el cual cada uno tocaba tres piezas. Como todos estos músicos cocinaban muy bien, y eran de buen comer, traían preparados diferentes platos que luego compartían «a la canasta» (llevar comida y compartirla en común). Cuando Maciel Valera murió, esos encuentros mensuales se trasladaron a casa de mis papás (familia Omar de Tomás), hasta que este falleció. Cuando Oscar iba, como vivía muy lejos (Ciudad Jardín), muchas veces se quedaba a dormir en mi casa.— 

Hablando de Lalo, recordaré que Oscar Rosati le dedicó en 1978 un Chamamé, ya se habló de esta obra en otro capítulo. Esta era su dedicatoria:

Al Dr. Aureliano D. N. Maciel, prestigioso profesional y guitarrista admirable 

Pasemos ahora a los últimos textos de esta edición, se encuentran en el pie de página del final de la obra: 

NOTA: Esta pieza está asegurada contra Lalos y Omares. 
OTRA NOTA: Se sugiere la ejecución de esta obra antes de las paellas. (gracias) 

Esto nos comenta Violeta al respecto: 

… Lalos (Aureliano) y Omares (Omar). —Un juego en contra de ellos, pero absolutamente en broma.— 

… antes de las paellas. —Seguramente en algún momento comieron alguna paella en esas reuniones y después nadie quería tocar la guitarra.— 

Otro documento que nos aporta Violeta es una letra que se escribió para poder cantar este gato. Aunque las obras de Rosati no estaban pensadas para ser cantadas, hay varias a las cuales se les escribió letra. Ejemplos serían: A mi madre, Canción de Navidad, Un cuentito para Alicia, Chôros n.º 5, etc. En estos casos los textos pertenecían a Ofelia Delfino de Reyes, amiga de Rosati. En el caso de «Maullato ma non troppo», la letra corrió a cargo del mismo Rosati y otra persona llamada Mario Ponce.


MAULLATO MA NON TROPPO

ME DICEN GATEADOR,
TALVES!
QUÉ CULPA TENGO YO
PATRON,
SI ELLA MAULLA ASI
DE AMOR
……………………………
……………………………

AQUELLA QUE ESCUCHE
LLAMAR
……………………………
……………………………

POR LOS TECHOS LA VI
GATEAR.

II

SI BIEN PARA GATEAR
YO SOY
UN MISHI QUERENDON
DE AMOR;
ME VENGO A PRESENTAR
CUÑAO
……………………………
……………………………

FUE SÓLO POR ERROR
SI PUES!
……………………………
……………………………

QUE EL CATRE LE TANTIE
A USTED.


Agradecimientos

Vincenzo Pocci
Luis Horacio Almirón
Violeta Mara de Tomás
Gustavo Antonio Aponte
Alberto Chahin

domingo, 19 de febrero de 2023

Primera grabación de la «cartilla de la guitarra»


En algún momento, probablemente de los años 70, el guitarrista Omar Andreoni contactó con Oscar Rosati, le expuso que tenía pensado grabar la «Cartilla de la guitarra» en vinilo. Rosati recuerda así ese momento, ya con la grabación finalizada:

Portada del LP
Cuando Omar Andreoni me dijo un día “... voy a grabar la Cartilla…”, confieso que no lo tomé muy serio. Sin duda alguna era una tarea ardua y difícil. Pero cuando se tiene capacidad y el deseo de hacer las cosas, los obstáculos se allanan y todo se hace realizable.
Ahora, lo importante de esta "primera edición sonora" de la Cartilla es que ya está, ya existe y se dispone a ser útil.

De la grabación se encargó el sello discográfico argentino «Discos Redondel», por aquella época habían iniciado una serie de producciones destinadas a la enseñanza musical. El mismo Omar fue quien planteó a la discográfica la grabación de la Cartilla, obra que conocían y apreciaban los productores de dicha empresa. Pensaron en este proyecto como complemento sonoro de la Cartilla, útil a los alumnos de cara a asimilar mejor las enseñanzas del profesor.

En esa época las grabaciones se imprimían y distribuían en discos de vinilo. Los más grandes tenían un diámetro de 30,5 cm y eran girados a 33 revoluciones por minuto por un aparato llamado giradiscos o tocadiscos. A este formato de vinilo se le llamaba LP (Long Play) y tenían un límite de grabación de unos 20/25 minutos por cada cara. Por esta razón física se tuvieron que sacrificar algunos estudios y obras en la producción. La grabación final quedó así:

  • Estudios: de los 29 estudios se tuvieron que sacrificar los números 13 y 21.
  • Obras: de las 9 obras solo se pudieron incluir las 5 primeras.

Para ajustar los tiempos también se tuvieron que suprimir las repeticiones del estudio 27 y la Romanza. 

Como la producción tenía objetivos pedagógicos, podremos escuchar en el audio de los primeros 7 estudios una voz solfeando las notas. En los dos primeros de forma hablada, y en los restantes con entonación. 

Rosati no estuvo presente en la producción de este vinilo, pero, de forma escrita, dio su aprobación.


Grabación de los estudios


Estudios 1 a 29 (con la excepción de los n.º 13 y 21)



Grabación de las obras


Primeros pasos



Balbuceos



Primera emoción



Gavota



Romanza (A mi madre)


Agradecimientos

  • José Verdugo Elissetche: por la aportación de un ejemplar del LP «Cartilla de la guitarra» por Omar Andreoni.

Habaneras escritas por Oscar Rosati


La habanera es un género musical desarrollado en Cuba, su origen era un baile de salón europeo llamado contradanza. Este baile fue viajando y evolucionando de Inglaterra a Francia, hasta llegar a España, donde se hizo muy popular. Un ejemplo sería la «contradanza de los currutacos», compuesta por Fernando Ferandiere (Ca 1740-1816). El término currutaco hace referencia a los españoles con vestimentas y costumbres afrancesadas.


Los comerciantes españoles, al tener importantes «relaciones comerciales» con Cuba, exportaron la contradanza a este país. Inicialmente, en su nuevo entorno, esta danza siguió siendo un baile sin texto alguno cantado, simplemente se la denominó contradanza cubana. Con el tiempo, los músicos cubanos, y la influencia musical de los esclavos africanos, fueron modificando el ritmo, el tempo y otras características de la danza, hasta convertirla en la actualmente conocida habanera. Esto ocurrió durante el siglo XIX. 

La cosa no acabó ahí. Ese nuevo formato viajó de retorno a Europa y se convirtió en un género de gran importancia, llegando a formar parte tanto de la música popular como la académica. Encontramos habaneras, tanto cantadas como instrumentales, en zarzuelas, óperas, música de cámara y orquestal y dentro del repertorio solista de instrumentos como el piano o la guitarra. 

En el caso de España, inicialmente se las conocía como «americanas», un claro ejemplo sería la obra con el mismo título escrita por Magín Alegre (c.1840-c.1904), maestro de Miquel Llobet. 


A nivel personal comentaré que en mi tierra, Cataluña, la habanera es un género extremadamente popular, de hecho se puede considerar como una de las numerosas tradiciones catalanas. Aparte de ser habitual en el repertorio coral, tenemos multitud de conjuntos vocales especializados en ese género, sobre todo en la zona costera. Normalmente visten de marineros, gorra incluida, y se acompañan del acordeón, la guitarra y el contrabajo. Las letras suelen ser nostálgicas, hablan de marinos que añoran las tierras cubanas, de los amores que han dejado allí, e incluso algunas patrióticas, que hablan sobre la guerra contra los americanos en Cuba. 

Este repertorio, muchas veces, se canta en la playa al atardecer, en un ambiente de hermandad. A medida que entra la noche se prepara una bebida caliente llamada «rom cremat», que se degusta mientras se disfruta de la audición de las habaneras.


Habaneras escritas por Oscar Rosati 

Dentro del catálogo de Rosati encontramos dos habaneras, son totalmente representativas del género, aunque cada una con sus características particulares.

Kuky 

Esta obra fue escrita en Comodoro Rivadavia, fechada el 27 de enero de 1953. Rosati dedicó esta habanera a su alumna Kuqui, Lucía Almirón (1933-2011), como regalo para su vigésimo cumpleaños. La partitura fue publicada dentro del libro «colecciones para guitarra, juvenil n.º 1», álbum editado en noviembre 1961 y distribuido por la editorial Antigua Casa Nuñez. 

Esta habanera, estructural y armónicamente, se puede definir como de estilo popular. Sigue las pautas de las habaneras cantadas, perfectamente se le podría incorporar una letra. Además, es técnicamente muy amable, apta para programarla en la enseñanza inicial. 

De esta obra podemos disfrutar de la interpretación de la guitarrista rosarina Liliana Mallo. 


La presente edición se basa en un ejemplar del álbum antes mencionado, perteneciente al archivo del musicólogo Vincenzo Pocci. 

Partitura: Kuky

Habanera 

Esta obra tiene el mismo título que el género musical utilizado para su composición. Fue escrita el 2 de septiembre de 1975 en Santa Clara del Mar (Buenos Aires), lugar de descanso de la familia Rosati. 

El estilo de esta habanera difiere mucho de la anterior. Aunque mantiene el temperamento y ritmo típico de habanera, Rosati se recrea tanto rítmicamente como melódicamente, convirtiendo esta obra en un ejemplo de lucimiento creativo, alejándose de la forma más popular. Además, tiene un tratamiento armónico muy interesante, podríamos decir que se inspira en el impresionismo francés. No hay que olvidar que autores como Ravel, Debussy o Camille Saint-Saëns escribieron para este género. 

La presente edición se basa en un manuscrito perteneciente al archivo del guitarrista José Smiroldo, amigo de Rosati. Este archivo fue donado a la biblioteca Juventud Moderna de Mar del Plata, gracias a ellos disponemos de esta obra. 


Partitura: Habanera