domingo, 4 de junio de 2023

Bailecitos escritos por Oscar Rosati


Cuando debo tratar sobre folclore argentino en los artículos de Rosati suelo pedir asesoramiento a guitarristas especializados, uno de ellos era mi entrañable amigo Alberto Chahin (1947-2023). El presente artículo es el último en el cual me dio consejo, al final del texto le dedicaré unas palabras.

El bailecito

El bailecito es una danza folclórica originaria de Bolivia, se tiene documentado desde principios del s. XIX. Durante su expansión llegó a enraizar en varias provincias argentinas, como Jujuy, Salta o Tucumán, lugares donde se interpretan y bailan en la actualidad. La guitarra acompañante también llegó a esta danza, aunque, nos comenta el guitarrista Alberto Chahin, no es habitual encontrarla en el repertorio de la guitarra solista, a diferencia de danzas como el gato, la zamba o la milonga

Oscar Rosati escribió, según tengo documentado, dos bailecitos originales para guitarra. 

Bailecitos escritos por Oscar Rosati

Kanchis Soruco

El origen del título es la premiada obra literaria Kanchis Soruco del escritor argentino Fausto Burgos (1888-1953). La novela es un drama puneño (de Puno, ciudad del Perú) en la que se narra el triste enfrentamiento entre el mundo quechua y la gente de ciudad. Esta novela incluso llegó a tener versión teatral con el título «Kanchis Soruco o los parias de la montaña». Representándose en los años cincuenta en el «Teatro del Pueblo» de Buenos Aires bajo la dirección de Leónidas Barletta (1902-1975). 

Rosati dedicó este bailecito al mismísimo Fausto Burgos, pero no tengo documentado si ellos llegaron a conocerse personalmente. Rosati, como norma, dedicaba sus composiciones a personas con las cuales tenía contacto: amigos, familiares o colegas. Podría darse el caso, en esta ocasión, de que Rosati hiciera un tributo a esta novela y su autor.

El guitarrista Gustavo Antonio Aponte recuerda que la obra Kanchis Soruco, al igual que Cardones (también de Rosati), fueron impuestas en uno de los concursos del Círculo Guitarrístico Argentino de Buenos Aires. 

La partitura fue publicada por Antigua Casa Nuñez, impresa el 9 de septiembre de 1961. La edición que presentamos se basa en un ejemplar cedido por el antes mencionado guitarrista Gustavo Antonio Aponte. 

Partitura: Kanchis Soruco

Con relación a esta obra tenemos una bonita anécdota que me narró la eminente guitarrista María Concepción Patrón, forma parte de su biografía:

De 1962 hasta 1965 toqué cada año en los conciertos auspiciados por la Asociación Guitarrística en el Teatro del Pueblo (en diagonal Roque Saenz Peña). En el año 65 toqué la obra Kanchis Soruco, ese día vino al recital Silvano Picchi* (yo ni lo conocía) a escribir su crítica sobre el concierto. Cuando salió publicada lo llamé para agradecerle sus elogios, él me pidió una copia del Kanchis porque le había gustado mucho. Así que cuando le alcancé la partitura nos conocimos y ya no nos separamos más. Al siguiente año nos casamos y vinieron los hijos, así que hasta el año 1975 no volví a actuar.

* Reconocido compositor y destacado crítico musical del diario «La Prensa». De origen italiano (Pisa, 1922) se radicó en Argentina desde 1926. Falleció el 18 de octubre del 2005.

Coya soy 

El término «coya» hace referencia a un conjunto de pueblos indígenas andinos pertenecientes al norte de Argentina. Precisamente Jujuy, Salta o Tucumán, lugares donde arraigó el género del bailecito.

Esta obra la encontramos dentro del repertorio que incluyó Rosati en su segunda cartilla de la guitarra, publicada por Antigua Casa Nuñez. Fue impresa en Buenos Aires en junio de 1966.

Partitura: Coya soy

Agradecimientos 

Alberto Chahin 
Gustavo Antonio Aponte 
María Concepción Patrón 


Unas palabras dedicadas mi amigo el guitarrista Alberto Chahin 

Con Alberto entré en contacto a principios de enero del 2021. Me dirigí a él por la razón de que sabía que había tenido un dúo de guitarras con el intérprete José Smiroldo, amigo del maestro Rosati y fuente de muchas de las obras que estoy publicando. Alberto me comentó que ellos habían tenido una gran amistad y que habían tocado juntos durante muchos años. Una de las obras que solían interpretar era el dúo «Dos Diablitos» de Oscar Rosati.

Alberto Chahin
Alberto Chahin
Desde el primer momento Alberto y yo entablamos una buena amistad, continuamente nos comunicábamos por mensajería, llamadas o videoconferencia. Cualquier obra que yo publicaba de Rosati él enseguida la revisaba y la tocaba, me enviaba sus interpretaciones y me avisaba de cualquier errata que yo cometiese en la edición. ¡Incluso un día fue a visitar la antigua casa de Rosati en Santa Clara del Mar para documentarme sobre ella!

Era una persona con una vitalidad y positivismo envidiables, siempre me alegraba hablar con él.

Alberto, como experto en autores como Abel Fleury o el folclore argentino, siempre me instruía sobre los diferentes géneros argentinos que tenía que tratar en mis artículos, de hecho, participó en muchos de ellos. Siempre me ilustraba de viva voz, explicándome de una forma muy vívida sus conocimientos sobre músicas como el estilo, la milonga o el gato. El último artículo en el cual me asesoró fue precisamente este, el dedicado al bailecito. Aún recuerdo su última conversación, ese día lo encontré realmente agotado y sin fuerzas, en esas condiciones quería interpretarme un bailecito con la guitarra para que yo supiera como tenía que ejecutarse. Eso fue el pasado 13 de abril, poco tiempo antes de fallecer. Él siempre me ocultó su enfermedad.

Es increíble que, teniendo en cuenta el trance por el que estaba pasando, nunca paró de trabajar con sus alumnos, colaborar en mi trabajo o pensar en futuros proyectos. Todo eso sin quejarse en ningún momento. Uno de esos proyectos, siempre me comentaba, era la preparación para concierto de la suite de Rosati «Serie a la manera antigua», la cual estaba estudiando y le entusiasmaba especialmente.

Era tal su positivismo que siempre me repetía, aun estando enfermo (sin yo saberlo), que deseaba venir a Barcelona y conocernos personalmente. Era un día que yo estaba esperando con ilusión. Lo que sí pudo hacer, y en dos ocasiones, fue colaborar desde Argentina en el programa radiofónico «Guitarra para todos» emitido desde Barcelona, dirigido por el guitarrista, también argentino, José Luis Benítez. José Luis, buen amigo mío y también colaborador en el trabajo dedicado a Rosati, preparó un programa especial dedicado a la memoria de nuestro querido Alberto Chahin. Aquí dejo el enlace:


El día que falleció, el 6 de mayo, lo primero que hice fue guardar todas sus conversaciones como un tesoro. Al descargar los archivos probé uno al azar para asegurarme de que los podía escuchar. En ese mensaje Alberto me hablaba sobre los sincronismos, en concreto uno relacionado con una de las obras de Rosati, además, me comentaba que él prestaba especial atención a ese fenómeno y que en algún momento quería hablar conmigo al respecto. Como exclusivamente hablábamos de música no quise desarrollar ese tema, aunque, él no lo sabía, uno de mis trabajos trata precisamente sobre los «sincronismos exóticos», los cuales califico de fenómenos inteligentes y no casuales. Al escuchar por «azar» ese mensaje, el único entre muchísimos sobre música, me puse en guardia. Intuía que algo iba a pasar en breve, y así fue: pocos días después me llamaron dos Ángeles. Me explico:

Los profesores particulares de guitarra sabemos lo difícil que es conseguir alumnos, es un proceso lento y espaciado en el tiempo, precisamente no ocurre todos los días. Pues el día 11 de mayo (5 días después del fallecimiento de Alberto) me llamaron dos personas, con escasos minutos de diferencia, para que yo les diera clases. Esas personas eran de poblaciones diferentes y no se conocían entre sí. Conseguir estos dos nuevos alumnos lo consideré como un gran regalo, pero lo sorprendente es que los dos tenían el mismo nombre: Ángel. Nombre con una connotación muy especial dado el caso. 

Puede ser una tremenda (exótica) casualidad, pero para mí es un saludo de mi querido Alberto. Seguro que sigue con tantas ganas de ayudar y hacer cosas por los demás, como hizo hasta hace bien poco en la Tierra.