domingo, 19 de febrero de 2023

Primera grabación de la «cartilla de la guitarra»


En algún momento, probablemente de los años 70, el guitarrista Omar Andreoni contactó con Oscar Rosati, le expuso que tenía pensado grabar la «Cartilla de la guitarra» en vinilo. Rosati recuerda así ese momento, ya con la grabación finalizada:

Portada del LP
Cuando Omar Andreoni me dijo un día “... voy a grabar la Cartilla…”, confieso que no lo tomé muy serio. Sin duda alguna era una tarea ardua y difícil. Pero cuando se tiene capacidad y el deseo de hacer las cosas, los obstáculos se allanan y todo se hace realizable.
Ahora, lo importante de esta "primera edición sonora" de la Cartilla es que ya está, ya existe y se dispone a ser útil.

De la grabación se encargó el sello discográfico argentino «Discos Redondel», por aquella época habían iniciado una serie de producciones destinadas a la enseñanza musical. El mismo Omar fue quien planteó a la discográfica la grabación de la Cartilla, obra que conocían y apreciaban los productores de dicha empresa. Pensaron en este proyecto como complemento sonoro de la Cartilla, útil a los alumnos de cara a asimilar mejor las enseñanzas del profesor.

En esa época las grabaciones se imprimían y distribuían en discos de vinilo. Los más grandes tenían un diámetro de 30,5 cm y eran girados a 33 revoluciones por minuto por un aparato llamado giradiscos o tocadiscos. A este formato de vinilo se le llamaba LP (Long Play) y tenían un límite de grabación de unos 20/25 minutos por cada cara. Por esta razón física se tuvieron que sacrificar algunos estudios y obras en la producción. La grabación final quedó así:

  • Estudios: de los 29 estudios se tuvieron que sacrificar los números 13 y 21.
  • Obras: de las 9 obras solo se pudieron incluir las 5 primeras.

Para ajustar los tiempos también se tuvieron que suprimir las repeticiones del estudio 27 y la Romanza. 

Como la producción tenía objetivos pedagógicos, podremos escuchar en el audio de los primeros 7 estudios una voz solfeando las notas. En los dos primeros de forma hablada, y en los restantes con entonación. 

Rosati no estuvo presente en la producción de este vinilo, pero, de forma escrita, dio su aprobación.


Grabación de los estudios


Estudios 1 a 29 (con la excepción de los n.º 13 y 21)



Grabación de las obras


Primeros pasos



Balbuceos



Primera emoción



Gavota



Romanza (A mi madre)


Agradecimientos

  • José Verdugo Elissetche: por la aportación de un ejemplar del LP «Cartilla de la guitarra» por Omar Andreoni.

Habaneras escritas por Oscar Rosati


La habanera es un género musical desarrollado en Cuba, su origen era un baile de salón europeo llamado contradanza. Este baile fue viajando y evolucionando de Inglaterra a Francia, hasta llegar a España, donde se hizo muy popular. Un ejemplo sería la «contradanza de los currutacos», compuesta por Fernando Ferandiere (Ca 1740-1816). El término currutaco hace referencia a los españoles con vestimentas y costumbres afrancesadas.


Los comerciantes españoles, al tener importantes «relaciones comerciales» con Cuba, exportaron la contradanza a este país. Inicialmente, en su nuevo entorno, esta danza siguió siendo un baile sin texto alguno cantado, simplemente se la denominó contradanza cubana. Con el tiempo, los músicos cubanos, y la influencia musical de los esclavos africanos, fueron modificando el ritmo, el tempo y otras características de la danza, hasta convertirla en la actualmente conocida habanera. Esto ocurrió durante el siglo XIX. 

La cosa no acabó ahí. Ese nuevo formato viajó de retorno a Europa y se convirtió en un género de gran importancia, llegando a formar parte tanto de la música popular como la académica. Encontramos habaneras, tanto cantadas como instrumentales, en zarzuelas, óperas, música de cámara y orquestal y dentro del repertorio solista de instrumentos como el piano o la guitarra. 

En el caso de España, inicialmente se las conocía como «americanas», un claro ejemplo sería la obra con el mismo título escrita por Magín Alegre (c.1840-c.1904), maestro de Miquel Llobet. 


A nivel personal comentaré que en mi tierra, Cataluña, la habanera es un género extremadamente popular, de hecho se puede considerar como una de las numerosas tradiciones catalanas. Aparte de ser habitual en el repertorio coral, tenemos multitud de conjuntos vocales especializados en ese género, sobre todo en la zona costera. Normalmente visten de marineros, gorra incluida, y se acompañan del acordeón, la guitarra y el contrabajo. Las letras suelen ser nostálgicas, hablan de marinos que añoran las tierras cubanas, de los amores que han dejado allí, e incluso algunas patrióticas, que hablan sobre la guerra contra los americanos en Cuba. 

Este repertorio, muchas veces, se canta en la playa al atardecer, en un ambiente de hermandad. A medida que entra la noche se prepara una bebida caliente llamada «rom cremat», que se degusta mientras se disfruta de la audición de las habaneras.


Habaneras escritas por Oscar Rosati 

Dentro del catálogo de Rosati encontramos dos habaneras, son totalmente representativas del género, aunque cada una con sus características particulares.

Kuky 

Esta obra fue escrita en Comodoro Rivadavia, fechada el 27 de enero de 1953. Rosati dedicó esta habanera a su alumna Kuqui, Lucía Almirón (1933-2011), como regalo para su vigésimo cumpleaños. La partitura fue publicada dentro del libro «colecciones para guitarra, juvenil n.º 1», álbum editado en noviembre 1961 y distribuido por la editorial Antigua Casa Nuñez. 

Esta habanera, estructural y armónicamente, se puede definir como de estilo popular. Sigue las pautas de las habaneras cantadas, perfectamente se le podría incorporar una letra. Además, es técnicamente muy amable, apta para programarla en la enseñanza inicial. 

De esta obra podemos disfrutar de la interpretación de la guitarrista rosarina Liliana Mallo. 


La presente edición se basa en un ejemplar del álbum antes mencionado, perteneciente al archivo del musicólogo Vincenzo Pocci. 

Partitura: Kuky

Habanera 

Esta obra tiene el mismo título que el género musical utilizado para su composición. Fue escrita el 2 de septiembre de 1975 en Santa Clara del Mar (Buenos Aires), lugar de descanso de la familia Rosati. 

El estilo de esta habanera difiere mucho de la anterior. Aunque mantiene el temperamento y ritmo típico de habanera, Rosati se recrea tanto rítmicamente como melódicamente, convirtiendo esta obra en un ejemplo de lucimiento creativo, alejándose de la forma más popular. Además, tiene un tratamiento armónico muy interesante, podríamos decir que se inspira en el impresionismo francés. No hay que olvidar que autores como Ravel, Debussy o Camille Saint-Saëns escribieron para este género. 

La presente edición se basa en un manuscrito perteneciente al archivo del guitarrista José Smiroldo, amigo de Rosati. Este archivo fue donado a la biblioteca Juventud Moderna de Mar del Plata, gracias a ellos disponemos de esta obra. 


Partitura: Habanera