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domingo, 18 de febrero de 2024

Aportación de Oscar Rosati al conocido tema «Romance Anónimo»

 Por Víctor Estrada Mañas


Una de las obras más populares que se han escrito para guitarra es la conocida pieza «Romance Anónimo», todo estudiante que se inicia en la guitarra, tanto clásico como flamenco, suele tener el deseo de incluirla en su repertorio lo antes posible. Incluso he tenido la oportunidad de escucharla en recitales de destacados intérpretes.


La primera parte de esta obra, la más preciada, desarrolla exclusivamente a lo largo de la primera cuerda una bella melodía en Mi menor, lo que facilita mucho los recursos técnicos de ambas manos de cara a su armonización y ejecución. Eso hace que haya un buen equilibrio entre el esfuerzo aplicado en el estudio de esta partitura y su excelente resultado musical.


Cuando nos interesamos por el origen de esta composición nos adentramos por un camino muy espinoso, por ejemplo: el título que describo de la obra (actualmente el más utilizado) es uno de los tantos que posee; existen diferencias armónicas y estructurales según la fuente; incluso, varios guitarristas han recibido, voluntaria o involuntariamente, la autoría de esta obra.


Todos estos temas los trató el arquitecto y músico Santiago Porras Álvarez, él investigó seriamente el origen del «Romance Anónimo». El resultado fue publicado en el año 2002 en un exhaustivo e interesante artículo para la página Artepulsado:


Qué (no) sabemos del Romance ¿Anónimo?



De los diferentes posibles orígenes que se comentan en este artículo nos centraremos en el apartado en el cual se habla del guitarrista lorquino Antonio Rubira (marqués de Rubira), ya que es la fuente utilizada por Oscar Rosati para su versión de esta obra:


Según Matanya Ophee, la primera edición impresa del Romance se debe al español Antonio Rubira, quien la publicaría en 1900. Lo poco que se sabe de Rubira se lo debemos de nuevo a Prat, quien nos menciona su estancia en Buenos Aires en 1881-84, y de quien dice compuso un "Estudio de arpegio" que "por su sencillez y agradable melodía mereció reiteradas ediciones". Hoy no pocos musicólogos piensan que ese estudio de arpegios pueda coincidir con lo que hoy conocemos como Romance Anónimo. Dice Francisco Herrera que fue el uruguayo Cedar Viglieti quien atribuyó a Rubira la paternidad del Romance. El mismo Herrera proporciona un listado de ediciones del Romance de Rubira, aunque ninguna anterior a 1940, y todas ellas posiblemente con revisones editoriales. Aún no he sido capaz de poner la vista sobre la edición de 1900 a la que se refiere Ophee, por lo que en este momento no puedo añadir posteriores comentarios.



La referencia de Prat que comenta Santiago se refiere a la entrada que escribió el guitarrista y musicólogo catalán Domingo Prat (1886-1944) en su popular obra «Diccionario de Guitarristas» (1934). Dejo aquí la entrada completa:



RUBIRA, Antonio. Destacado ejecutante guitarrista y com­positor, español. Brilló como eximio virtuoso, al comenzar la segunda mitad del siglo XIX. Arcas y Parga, devotos admiradores de Antonio Rubira, se sintieron atraí­dos por la sublimidad de su pulsación y creyeron descubrir en este artista un don sobrenatural. En su época se le publicaron varias composiciones, muchas de ellas fantasías sobre óperas. Luego también «Valses fantásticos» «El Aniversario» y un «Estudio» de arpegio, muchas veces reeditado por su sencillez y agrado. Por fin recordaremos que Antonio Rubira, de noble abolengo, fué el maestro de los guitarristas hoy radicados en La Plata, Francisco González y Carlos Canaveri (padre); éste recibió sus enseñanzas durante el tiempo que estuvo en la Argentina, a mediados de 1881-84, en cuyo año Rubira regresó a su patria. (1932).



Como antes se ha comentado, la fuente que conocía Rosati es la que presumiblemente había escrito Antonio Rubira. En este caso ya no nos podemos referir a ella como «Romance Anónimo» sino como «Estudio», tal como la presentaba Rubira y, obviamente, Oscar Rosati.


La edición que presentamos en este artículo se basa en un manuscrito que hizo Oscar Rosati en algún momento de los años 50, época en la que estuvo trabajando en Comodoro Rivadavia. Esta partitura se ha conservado gracias al archivo de Luis Horacio Almirón, su formato es muy peculiar, ya que se trata de papel fotográfico, soporte hecho por su hermano Pancho, que era fotógrafo. Luis nos comenta lo siguiente al respecto:


Oscar escribió la partitura, y mi hermano Pancho, que trabajaba con él en el mismo edificio, experimentó haciendo esta copia. Pancho utilizó papel fotográfico brillante como soporte en esa experiencia, eso dificulta la lectura.


Efectivamente, el documento compartido por Luis es una imagen con los colores invertidos (en negativo). Por suerte, actualmente es muy fácil solventar ese problema informáticamente.


Respecto a la versión de Rosati de esta pieza destacaremos algunos detalles:


  • El título que aparece en la partitura es «Estudio», y el nombre del autor está escrito como «M. Rovira» (no Rubira). Entendemos que la «M.» se refiere al título nobiliario de «marqués», el cual poseía este guitarrista.
  • Rosati no informa en el manuscrito que haya reelaborado la obra.
  • El arpegio no es el habitual en tresillos al que estamos habituados, Rosati ha optado por uno en semicorcheas.
  • Tanto la parte A como la B tienen inicios en anacrusa.
  • El final de cada parte, el compás que corresponde a las segundas casillas, resuelve armónicamente en el modo inverso a su sección. Es decir, la parte A (en Mi menor) acaba con acorde de Mi mayor, y la parte B (en Mi mayor) acaba con acorde en Mi menor.
  • La estructura de esta versión es A-B-A.
  • El bajo del tercer compás de la segunda parte es el fundamental (del acorde Si7), respetando la armonización de Rubira. En versiones más modernas ese bajo aparece siempre en segunda inversión (un Fa#).



Seguidamente, comparto tanto la versión original de Antonio Rubira como la elaborada por el maestro Rosati:


Partitura 1: Estudio de D. Antonio Rubira (manuscrito de dominio público)

Partitura 2: Estudio (M. Rovira) - Oscar Rosati

sábado, 19 de febrero de 2022

Obras de Oscar Rosati: Serie a la manera antigua


Actualización: 3 mayo 2022

Los estudiantes de guitarra suelen conocer al Rosati más amable (musicalmente hablando) gracias a sus inspirados y efectivos estudios de iniciación o sus encantadoras obras pensadas para el principiante. Estas, habitualmente, están inspiradas en el folklore americano y argentino o en la agradable música de salón. Paralelamente, hay otro Rosati: el compositor de exigentes obras de concierto, a veces alejadas de los nombrados géneros e inspiradas, en ocasiones, en estilos muy lejanos para un compositor del s. XX. 

Es indudable la gran pasión de Oscar Rosati por la música antigua. En el archivo Almirón encontramos numerosos manuscritos del maestro de transcripciones para guitarra (habitualmente de Andrés Segovia) de obras de Bach, Frescobaldi, Scarlatti, Gaspar Sanz, etc. Partituras que él pacientemente tenía que copiar a mano a falta de impresoras. Hay que pensar que estamos hablando de su época en Comodoro Rivadavia en los años 40/50. Estas páginas han perdurado gracias a que algunas de ellas fueron regalos dedicados a su amigo el guitarrista Sixto Almirón (1904-1961), partituras, muchas de ellas, llenas de divertidas bromas y complicidades. 

También me comentaba la eminente guitarrista María Concepción Patrón que en la época en que ella estudió con Rosati, años 60, mucho del repertorio que preparaban era precisamente de ese género: J. S. Bach, Vincenzo Galilei, John Dowland, etc. 

Si revisamos los programas de concierto de Rosati podemos comprobar que él dedicaba la primera parte de sus recitales, como antes era muy habitual, a la música antigua. En su repertorio podíamos encontrar Pasacalle (Robert de Visée), Inglesa, Gavota o Musette (Bach), Aria y Gavota (Scarlatti), Minuetos (Jean-Philippe Rameau), la 2ª Sonata para violín de Bach (transcrita para guitarra por el propio Rosati) y un título muy peculiar: Serie a la manera antigua (O. Rosati).

Serie a la manera antigua


Rosati durante años tuvo en mente escribir una suite siguiendo los diferentes movimientos (o piezas) que encontramos en las antiguas suites. Para esta afirmación me baso en uno de los manuscritos del archivo Almirón. En este ya encontramos una pretérita versión de la obra que inicia la Serie, se trata del Preludio, bajo su título Rosati escribe: «para una suite antigua».

Con el tiempo siguió componiendo las demás piezas de esta obra, ¡incluso demasiadas! En el archivo de José Smiroldo encontramos un manuscrito de la obra «teóricamente» acabada que Rosati ya titula como Serie a la manera antigua, firmado en Buenos Aires (1967). Esta versión consta nada menos que de diez piezas, una de ellas triple:

1 - Preludio 
2 - Tres aires trovadorescos 
3 - Bourrée 
4 - Siciliana 
5 - Danza rústica 
6 - Courante 
7 - Aria 
8 - Giga 
9 - Aire de Gavota 
10 - Danza final 


Rosati tomó la decisión de equilibrar la extensión de la Serie y la dividió en dos obras: 

1ª - Siciliana y Danza Rústica, publicada por Casa América (ejemplar del archivo Lucio Núñez). Como curiosidad comentaré que en la Segunda Cartilla de la Guitarra de Rosati, publicada en 1966, encontramos una versión más simple (no demasiado) de la Danza Rústica, es el estudio nº 30.

2ª - Y ya, definitivamente, la versión final de la Serie a la manera antigua (también archivo José Smiroldo). Esta versión ya la interpretaba Rosati, por lo menos, desde 1971. Consta de las siguientes piezas:

1 - Preludio 
2 - Bourrée 
3 - Aires trovadorescos (tres) 
4 - Courante 
5 - Aria 
6 - Danza 
7 - Aire de Gavota 
8 - Giga 

La Serie fue presentada en el IV Concurso Nacional de guitarra de Salta (1971) ganando el 1er Premio de composición. Posteriormente, en 1972, la obra fue publicada por la editorial Ricordi Americana. Podemos constatar que Rosati continuó tocando la Serie en sus recitales, por ejemplo, formó parte del programa de un concierto suyo organizado por el Circulo Argentino de Odontología (Eduardo Acevedo, 54, Buenos Aires), fechado el 23 de mayo de 1975.

El guitarrista, y amigo de Rosati, Daniel Küper, tiene un lindo recuerdo sobre un concierto en el que Oscar tocó esa obra:

Hará unos 50 años (narrado en febrero del 2022), fue en el Círculo Guitarrístico Argentino. ¡Ese día Oscar estaba muy nervioso!, antes actuó el guitarrista Roberto Aussel interpretando un par de obras y yo unos preludios de Bach.

Violeta Mara de Tomás, amiga de Rosati, también tiene un recuerdo de su infancia relacionado con esta obra, es un dato muy interesante:

Tengo el recuerdo de que, por lo menos, uno de los Aires trovadorescos tenía letra. Lo escuché cantado por Aracy (hija de Rosati) acompañada por Oscar a la guitarra.


¿Pero, qué es realmente la «Serie a la manera antigua»? 

Probablemente, en la época en que Rosati pensaba en estas obras como una futura «suite», tendría en mente organizar las danzas al estilo de las antiguas suites barrocas, de hecho, ya tenía varias de este tipo preparadas: Bourrée, Courante, Gavota, Giga… y un Preludio de entrada como era habitual en muchas suites. Después, fue incorporando otras piezas, como danzas más ancestrales u obras de temática bucólica, estas ya nada tenían que ver con el barroco y el término «suite» quedaba fuera de contexto. El término «Serie» quedó más apropiado para que pudieran convivir este conjunto de obras.

Todas las obras, hasta cierto punto, respetan los ritmos, aires y estructuras a las cuales representan. Digo «hasta cierto punto» ya que Rosati no para de incluir bromas, giros divertidos, transformaciones o armonías que delatan, intencionadamente, a su autor. Es como si Rosati se disfrazara de la época pero no puede evitar, o no quiere, dejar de ser él mismo.

Muchas de las obras explotan la belleza melódica y armónica. Ejemplos serían la Courante o el Aria. Otras son simplemente tan divertidas como lo era el mismo Rosati, a destacar la Giga. También vale la pena subrayar la pasión de Rosati por Bach, detectaremos claramente su presencia en muchas de las piezas, como por ejemplo el Preludio.

Tenemos la gran suerte de disponer de una grabación de la Giga, nada menos que interpretada por el eminente guitarrista, y amigo de Rosati, Roberto Lara (1927-1988). El archivo sonoro fue gentilmente cedido por el guitarrista Gustavo Antonio Aponte.


Partituras

Es importante comentar que Rosati fue definiendo las piezas de esta obra a lo largo del tiempo. Como suele ocurrir, existen diferencias entre los manuscritos y la versión publicada por Ricordi Americana. En ocasiones son pequeños detalles o, a veces, importantes transformaciones como es el caso de la Gavota (en otro artículo están las dos versiones). Las siguientes partituras pertenecen a la que podríamos denominar versión final, la presentada en el concurso de Salta.

(Clicar en cada título para la descarga)

5 - Aria
6 - Danza
8 - Giga

Epílogo

En artículos anteriores ya se habló de algunas obras del maestro inspiradas en la música antigua, incluso utilizando los recursos musicales de la época. Un caso serían sus numerosas gavotas:


O su simpática obra Mudanzas sobre "No te avives y devuélveme las vacas”

martes, 7 de septiembre de 2021

Obras de Oscar Rosati: Gavotas (primera parte)



La gavota es una antigua danza folclórica de origen francés, como tantos otros bailes acabó formando parte del entretenimiento cortesano y del repertorio de los músicos cultos. Encontraremos importantes ejemplos dentro de las suites barrocas de Robert de Visée (1655-1733) o Johann Sebastian Bach (1685-1750). Posteriormente, llegados al siglo XIX y el XX, la seguimos encontrando dentro del repertorio de salón pero ya muy transformada. En guitarra bien conocidas son las gavotas de Francisco Tárrega (1852-1909) o su alumno Bartolomé Calatayud (1882-1973). También hay numerosos ejemplos de autores modernos que viajaron musicalmente al pasado componiendo, entre otras danzas, gavotas imitando el estilo «antiguo». Claros ejemplos serían las escritas por Isaac Albéniz (1860-1909) o Agustín Pío Barrios (1885-1944).


En el catálogo de Oscar Rosati encontraremos multitud de gavotas (algunas incompletas y otras aún por descubrir). Él, como apasionado de la música antigua, estructuró alguna de ellas para recrear esas épocas pretéritas. En esos casos las danzas están dotadas de sus características anacrusas y juegos de voces contrapuntísticas. Al mismo tiempo escribió simpáticas gavotas siguiendo el típico estilo amable de salón, las encontramos en sus métodos o cuando trata temáticas bucólicas o infantiles.

Varias de estas obras, como podremos ver, tuvieron una evolución a lo largo del tiempo desde su creación. En algunas ocasiones el maestro las fue perfeccionando y/o reelaborando para incluirlas en sus métodos o «suites». Estos detalles quedan explicados en la presentación de cada obra.


Gavota nº 2 / Gavota

Esta es la gavota que encontramos en la primera cartilla de la guitarra y es bien conocida por los estudiantes, esta versión fue publicada en Buenos Aires en agosto de 1960. Gracias a un manuscrito del archivo de la familia Almirón sabemos que fue escrita en Comodoro Rivadavia dentro de una primigenia «primera cartilla de la guitarra» firmada en diciembre de 1952. Esta primera versión la incluyo en la publicación por motivos musicológicos. Aunque la melodía y las secciones son idénticas, en el primer caso la armonización es algo más simple e incluso encontramos alguna inconsistencia que Rosati corrigió en la versión final.



Gavota / Para el conejo de paño celeste

Este es un claro ejemplo de reelaboración de una antigua composición para ser presentada dentro de una nueva colección de temas. En 1970 Rosati publicó su obra «5 Piezas para juguetes» (aires de gavota) dedicada a la eminente guitarrista argentina Consuelo Mallo López (1913-1995). La tercera de estas piezas se titula «Para el conejo de paño celeste». Gracias al archivo, una vez más, de la familia Almirón descubrimos que la base de esta composición fue escrita el 18 de julio de 1954 (Comodoro Rivadavia). En este caso Rosati aprovechó la primera parte de la obra (obviando su segunda parte) y le añadió nuevas secciones. Hay que decir que las dos versiones son lo suficientemente diferentes como para interpretarse como obras independientes. En el archivo Almirón también encontramos los manuscritos de la serie completa de gavotas dedicadas a los juguetes, gracias a ellos se han podido hacer algunas pequeñas correcciones de la versión publicada.

 

Gavota nº 11

A diferencia de las otras dos gavotas (estilo de salón) esta tiene un importante trabajo contrapuntístico y clara inspiración barroca. El manuscrito pertenece al archivo Almirón y data de 1954 (Comodoro Rivadavia).

Partitura: Gavota nº 11


Pequeña Gavota / Gavota de las Flores

La Gavota de las flores fue presentada dentro de la segunda cartilla de la guitarra publicada en Buenos Aires en junio de 1966. Gracias al archivo Almirón sabemos que fue escrita en Comodoro Rivadavia durante los años 50, pero aparece con un título diferente: «Pequeña Gavota». Las dos versiones son prácticamente iguales aunque por razones musicológicas publico las dos para quien quiera observar las pequeñas diferencias.



Aire de Gavota

En 1971 Oscar Rosati ganó el primer premio en el IV Concurso Nacional de composición para guitarra de Salta con su obra «Serie a la manera antigua», posteriormente publicada por Ricordi Americana en Buenos Aires en 1972. La versión final de esta suite consta de 8 piezas aunque gracias al archivo de José Smiroldo sabemos que hay una versión anterior con 10 piezas (Buenos Aires, 1967). De esta extensa suite Rosati extrajo dos temas que fueron presentados a parte, con el título «Siciliana y Danza rústica» (archivo Lucio Núñez). De estas importantes obras se preparará un estudio aparte.

En las dos versiones de la suite encontraremos la pieza «Aire de Gavota» aunque con algunas pequeñas diferencias entre ellas. Por el tipo de inspiración de la obra obviamente esta gavota tiene un estilo antiguo, aunque con un característico toque armónico «Alla Rosati». Las dos gavotas son prácticamente iguales pero las publico juntas para poder ser comparadas.

Partitura: Aire de Gavota


Aire de Gavota (dúo)

Aunque de idéntico título que la anterior obra nada tienen que ver entre sí. Este aire de gavota pertenece a la colección «40 dúos para guitarra» impreso en 1976, es el dúo nº 27. La edición esta hecha a partir de un ejemplar del archivo del musicólogo Vincenzo Pocci. 

lunes, 16 de agosto de 2021

Obras de Rosati para dos guitarras (tercera parte) - Dos Diablitos


Actualizaciones: 6 abril 2022

En los dos artículos anteriores se presentaron la integral de la serie de 40 dúos originales para guitarra del maestro Rosati. Colección de excelente musicalidad y utilidad pedagógica, tanto para introducir a los alumnos ordenadamente en la disciplina de tocar a dúo como repertorio para interpretar en recitales.

También se comentó una curiosidad respecto a la obra de Rosati para dos guitarras. La mayoría de esos dúos (incluso tríos) son lo que llamaríamos segundas guitarras. Repito mi referencia al respecto:

…partimos de una obra que ya está completa desde el principio para una guitarra, posteriormente se le escribe una segunda guitarra. Esta puede aportar más o menos nuevos elementos a la obra pero no deja de ser un complemento prescindible de la primera.

Hay que pensar que esas segundas guitarras se escribieron en un contexto pedagógico, para que los alumnos pudieran disfrutar tocando juntos obras y estudios que ya tenían en su programa de enseñanza.

Rosati, hasta donde he podido descubrir, sólo escribió dos obras expresamente para dúo: sus «40 Dúos para guitarra» y la obra que trataremos ahora «Dos Diablitos».

Dos Diablitos 

Nos encontramos ante una composición muy especial, original y de gran encanto. El título completo es el siguiente:

DOS DIABLITOS 
Scherzo fantástico 
para dos guitarras 
(Con un cuento para ser leído antes de la ejecución) 


La obra fue dedicada a los jóvenes estudiantes (en aquella época) Rodolfo José Colombo y Jorge Biscardi, talentosos alumnos del eminente guitarrista Emilio Colombo (1920-2017). Rodolfo, como es fácil de suponer, era hijo de Emilio. 

La partitura fue publicada por el «Circulo Guitarrístico Argentino» con el añadido de una interesante presentación a cargo del maestro Eduardo F. Muscari (que incluyo en el artículo). Rosati firmó esta edición en Buenos Aires, en diciembre de 1972, aunque, como veremos, hay una edición anterior. 

La obra comienza con un cuento introductorio, en él se nos narra las aventuras de dos personajes fantásticos llamados Mandinguita y Satanito. El texto nos sitúa en un mundo fabuloso lleno de divertidos sucesos que seguidamente serán recreados por las guitarras. La recreación es tan acertada que parece que viéramos las peripecias de estos diablitos a través de la música. Hay que remarcar que cada guitarrista representa a uno de estos personajes, por lo que quedan muy bien definidos los protagonistas. 

Tengo constancia de que a parte de las ejecuciones de Rodolfo y Jorge hay otros dúos de guitarristas que tenían esta obra en su repertorio. Destacaría al dúo formado por Alberto Chahin y nuestro añorado guitarrista, y gran amigo de Rosati, José Smiroldo. Además, recientemente me comentó la hija del intérprete Omar de Tomás, Violeta Mara de Tomás (también alumna de Emilio Colombo), que ella y su hermana Lela (Graciela) habían interpretado esta obra, incluso aún conserva un ejemplar que Rosati les dedicó de una forma muy especial. Ese ejemplar, que es anterior al publicado por el Círculo Guitarrístico, tiene unas transformaciones del texto de portada muy divertidas. Costumbre habitual en Rosati cuando se encontraba en un ambiente de camaradería, ejemplos serían las dedicatorias a Sixto Almirón o Pablo Anapios:


para las diablitas Lela y Mara

“DOS DIABLITOS”
Scherzo Infernale
Para dúo de dos guitarras simultáneas y a la vez
Por
MALEPHIKUS D’ELDHI HAVLUMS

Averno, julio de 1972


Hay que destacar que la familia de Tomás tenía mucha amistad con Rosati, era un clan que vivía intensamente el mundo de la guitarra. El maestro les llegó a dedicar alguno de sus estudios e incluso varios cuartetos para guitarra. En un futuro artículo se hablará de estas obras.

Partituras

Interpretaciones de la obra

Dúo MalloDAgostino, formado por el matrimonio Liliana Mallo y Sergio DAgostino


Presentación de la obra por el maestro Eduardo F. Muscari para la edición del «Circulo Guitarrístico Argentino»







LAS AVENTURAS DE DOS DIABLITOS


Mandinguita y Satanito son íntimos amigos; pese a ser diablitos son buenos y juguetones y como todos los niños, hacen diabluras a más y mejor.

Salen una noche por sus agujeritos que tienen en la tierra, levantan las tapitas y se disponen a iniciar sus correrías.

Mandinguita siempre tiene miedo, pero le gusta ir delante; claro, confiado en que el amigo viene detrás. Mientras recorren el lugar, le habla a Satanito para estar seguro de que éste lo sigue; y cuando oye su respuesta, se tranquiliza y reanudan la aventura.

Alegres y despreocupados, corren, se esconden, se persiguen, pero por sobre todo, danzan. Les gusta la danza; todas sus jugarretas las hacen a ritmo de danza, que aunque grotescas, son danzas al fin.

De pronto ven una casa misteriosa, de esas con persianas que cuelgan de una sola bisagra, con murciélagos y todo. Piensan un rato y... adentro! Para dos diablitos una casa de misterios es una deliciosa tentación. Recorren entre gozosos y temerosos todos los rincones. Así andando, descubren una escalera que conduce a un sótano oscuro. Nada los detiene. ¡A bajar se ha dicho! Mandinguita siempre delante.

Como digna escalera de una casa misteriosa, rechina y cruje como el diablo. Mandinguita baja confiado porque el “taan clín, taan clín” de sus pasitos es contestado por el “toon clón, toon clón” de Satanito. Así fue por varios peldaños pero... ¡oh duda! ¡Oh presagio! ¡Oh varias cosas más! ; en uno de sus saltitos, no oyó los saltitos del amigo. Se detuvo angustiado; bajó con precaución otro peldaño más y... nada; “Diablos, no me sigue” –exclamó en voz baja Mandinguita; bajó otro más y desfalleciente preguntó           –¿dónde estás...?; tampoco hubo respuesta; por último, temblando y sin aliento insistió  –“ ¿en..doon.. des..táas? ”. En eso, un leve pero escalofriante “ ¡clunch……clonch…! ”, le hizo erizar el pelo y las orejas; su colita se paró como una lanza. Sólo pudo emitir un quejido finiíto finito y quedó duro como una estatua.

Contentísimo de su éxito, Satanito, que se había escondido, en un hueco donde halló una olla de cobre, (de esas que no deben faltar en una buena casa de misterios) y a la que golpeó con un palo provocando la primera parálisis de Mandinguita, repitió el golpe; pero esta vez con todas sus fuerzas logrando así un estruendoso “ ¡ ¡Clúunch chun clóonch! ! ’’ que derrumbó el sistema nervioso de Mandinguita quien exhalando un lastimero “ ¡ui ui uiuiuiuiui…! ” salió proyectado como cohete espacial hada el exterior de la casa.

Lo siguió Satanito, pero no a la velocidad del despavorido amigo, debido a que tenia que contener con sus manos la barriguita llena de risa. Pero con todo, llegó a tiempo para unirse a Mandinguita en una danza diabólica que se prolongó hasta que advirtieron algo extraño en el paisaje nocturnal; era como un resplandor que iba envolviéndolo todo lentamente. Esta vez no solo Mandinguita sintió temor; también Satanito. De común acuerdo se escondieron en un matorral cercano para poder descubrir ese misterio.

No podían creer lo que estaban viendo. Una nubecita rosada se desprendió del cielo y vino acercándose cambiando de formas, hasta convertirse en un hada; vestida con tenues mantos flotantes, flotante también la cabellera y con su varita mágica coronada por una estrella. Comenzó entonces una suave y graciosa danza; ( ¡tan opuesta a las infernales contorsiones que rato antes realizaran nuestros héroes! ) y mientras danzaba, tomaba los colores de la aurora y con ellos iba cubriendo todas las cosas de la comarca.

El resplandor aumentaba. Incansable, el Hada de la Aurora repitió la luminosa tarea, hasta que un poquito de sol asomó en el horizonte. En ese mismo momento llegó al escondite de los diablitos, el tañido de una campana lejana. El hada, finalizada su tarea, subió en uno de los rayos del sol que la llevó nuevamente al cielo.

Ya era demasiado. No podían soportar más la luz y menos la campana. Decididos a volver a la tranquilidad de sus infiernitos, iniciaron una precipitada carrera hasta los agujeros; pero antes de entrar como eran curiosos incurables permanecieron dos compases… perdón… digo un ratito más, mirando tanta maravilla hasta que por fin se zambulleron ruidosamente cerrando una tras otra las tapitas ¡clic…cloc! 


Y ahora, la música tiene la palabra.

lunes, 29 de marzo de 2021

Zambas escritas por Oscar Rosati


Introducción

Rosati prestó atención al género musical «zamba» desde sus inicios como compositor, de hecho, la obra más antigua encontrada de él hasta la fecha es una zamba firmada el 24 de agosto de 1940, es decir, cuando tan solo tenía 27 años. En esa época no había iniciado su estancia en Comodoro Rivadavia, por lo que con toda probabilidad fue escrita en su originario barrio de Villa Luro (Buenos Aires).

La zamba es uno de los tantos ejemplos de folclore argentino que han tenido buena acogida en la guitarra clásica. Aunque en su origen la zamba sea un baile, la guitarra siempre a tenido importancia en su acompañamiento junto a otros instrumentos, en este caso estaríamos hablando de guitarristas folclóricos.

Una característica peculiar de la zamba es su métrica, en los ejemplos que he podido observar la melodía sigue ritmos basados en el compás 6/8 pero su acompañamiento se basa en un ritmo de negras en compás 3/4. Al final los dos compases, aunque solapados, cuadran entre sí a la perfección y crean una polirritmia muy peculiar e interesante.

Rosati escribió zambas para todos los niveles guitarrísticos, desde las extremadamente sencillas que encontramos en sus métodos, siguiendo el espíritu folclórico del baile, a otras de gran dificultad, dotadas de gran ingenio creativo e importantes recursos armónicos. Haremos un repaso de las ocho que he podido acceder hasta el momento, la del año 1940, al estar de momento incompleta, no ha sido incluida.

Llampa

«Llampa» es el nombre de una montaña de la Patagonia. Esta obra puede considerarse como la primera de Oscar Rosati publicada por una editorial, en esta ocasión por Antigua Casa Nuñez. El ejemplar consultado fue impreso el 9 de noviembre de 1944, esta fecha, aunque no es la de su creación, nos ayuda a situarla en el tiempo. La obra está dedicada al Dr. Cayelli:

A mi amigo y excelente guitarrista Doctor Andino I. Cayelli

Cayelli fue una persona destacada en la historia de Comodoro Rivadavia, incluso en la actualidad podemos encontrar una calle dedicada a él. Revisando documentos en los que se le nombra podemos leer los siguientes datos:

  • Dr. Andino Cayelli, primer médico nativo patagónico recibido en una universidad argentina.
  • En 1944 se crea la Clínica de Mujeres, con internado del Dr. Andino I. Cayelli.
  • En 1949 presidió junto a otros miembros la Comisión Pro Radicación de la Universidad Nacional de la Patagonia.

Cayelli también estaba muy vinculado a las actividades guitarrísticas de Comodoro. Horacio Almirón nos comparte esta interesante información al respecto:

—En la década de los 50 se formó una peña guitarrística con colegas de la zona, entre los miembros encontramos a Oscar Rosati, a Sixto Almirón (padre de Horacio), al Dr. Escalada o al Dr. Andino Cayelli entre otros. Se reunían mensualmente, uno de los integrantes tenía asumido el compromiso de preparar e interpretar una o más obras, en él que se depositaba la centralidad de esa noche y luego participaban alternativamente los demás miembros. Se iban reuniendo en distintos domicilios de los integrantes y, cuando llegaba algún guitarrista reconocido de gira por la zona, era invitado a participar en la peña, así participaron en distintas ocasiones Atahualpa Yupanqui y Eduardo Falú.—

Partitura: Llampa


Zambas «Hani» y «Mario»

Rosati se instaló en Comodoro Rivadavia en los años 40 para trabajar como delineante en la compañía YPF, esta tarea la compaginaba con su actividad como docente en su propia academia: la academia de guitarra «Rosati», sita en la calle Italia. Una bonita costumbre que tenía era dedicar alguna obra a sus alumnos el día que cumplían años, de esta forma nacieron las zambas «Hani» y «Mario». 

Mario Pecelis (1956)
«Hani» estaba dedicada a su alumna Juana Slik, obra fechada el 12 de noviembre de 1953. De esta zamba Rosati escribió una segunda guitarra, gracias al guitarrista Gustavo Antonio Aponte disponemos de esta partitura, en el futuro será publicada. 

Mario César Pecelis llevaba desde los 8 añitos estudiando guitarra con Rosati, cuando cumplió los 13 años su maestro le dedicó la zamba «Mario», fechada el 23 de junio de 1954. Mario siguió cursando guitarra hasta los 17 años, posteriormente estudió medicina en La Plata y ejerció como médico, actualmente es un caballero que ya ha cumplido felizmente sus bodas de oro junto a su querida esposa. Aún recuerda con cariño a su maestro interpretando la zamba que le dedicó y otras de sus obras. 

Estas zambas, junto a otras obras que dedicó Rosati a sus alumnos de Comodoro Rivadavia, fueron reunidas y publicadas por Antigua Casa Nuñez en los álbumes Juvenil nº 1 y nº 2.

Partitura: Hani
Partitura: Mario


Zambita Morena

Esta obra la encontramos en el ciclo «Cinco piezas Americanas» junto a otras inspiradas en el folclore de varios países americanos, fue publicada por la editorial Randolph Editores en Buenos Aires en 1967. En esta ocasión Rosati dedicó la obra a la profesora Elba Rosado de Biancardi. Elba estudió guitarra en Buenos Aires, en la academia que el reconocido guitarrista Domingo Prat (alumno de Miguel Llobet) y su esposa Carmen Farré inauguraron en Congreso, cerca de Plaza Lorea. En el número 12 de la publicación «Revista de la guitarra» (Buenos Aires, abril de 1945) sale anunciada como profesora de guitarra, al igual que Andrés Gaviño y Adolfo V. Luna, también amigos de Rosati.

De esta obra también disponemos de la segunda guitarra gracias al archivo de Violeta Maras De Tomás, hija del guitarrista Omar De Tomás. En el futuro será publicada.


Partitura: Zambita Morena


«Flor temprana» y «Estudio nº 28 (tiempo de zamba)»

En esta ocasión nos encontramos con dos zambas extremadamente fáciles ya que están pensadas para el estudio de la guitarra. Rosati se desenvuelve magistralmente con este tipo de arreglos, aun siendo muy amables técnicamente están llenos de belleza y calidad musical.

«Flor temprana» formaba parte de la versión primigenia de la «Cartilla de la guitarra, 2ª parte» (1956) que Rosati utilizaba en su academia de Comodoro (y posteriormente en El Palomar). Esta cartilla, con muchas modificaciones, acabó publicándose en 1966 en la editorial Antigua Casa Nuñez, en esta edición no encontramos esta zamba aún siendo de gran belleza.

La segunda zamba realmente es uno de los estudios de la primera cartilla de la guitarra, el estudio nº 28. Rosati utilizó el ritmo de zamba para la práctica del compás compuesto, el resultado es un magnífico estudio que merece el puesto de pequeña obra.

Partitura: Flor temprana
Partitura: Estudio nº 28 (tiempo de zamba)


Zamba de Rosales

De esta obra tenía constancia gracias a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC), después de varios años de búsqueda el destino hizo que en cuestión de pocos días me llegaran dos ejemplares de esta zamba. El primero gracias a la guitarrista María Concepción Patrón y el segundo a la escritora Cristina Ghione, las dos fueron alumnas de Oscar Rosati. Ocurrió otra curiosidad: siendo la misma obra tenían títulos diferentes, la versión de María estaba encabezada como «Zamba para una rosa» y la de Cristina «Zamba de Rosales». Finalmente he escogido el segundo título ya que así registró la obra Rosati en SADAIC. Los dos ejemplares tienen la misma dedicatoria:

A mi gran amigo Carlos S. Rosales, 
destacado cultor de la Guitarra 

Del señor Rosales de momento tenemos poca información, sabemos que fue uno de los alumnos de la guitarrista Ofelia Delfino de Reyes.

Partitura: Zamba de Rosales


Pañuelito hechicero

He dejado para el final la que considero la zamba más audaz y difícil de este conjunto de obras. Posee una gran complejidad armónica, alejándose de las pautas folclóricas habituales, el tratamiento sería parecido al que hizo Chopin con sus conocidas mazurcas. Encontramos, nuevamente, a un Rosati con inspiración romántica, las misma que utilizó para sus estudios avanzados números 16 o 18.

El título de la obra tiene relación con el baile de la zamba y la importancia de los pañuelos en la coreografía. Consultando sobre el enigmático título me transmitieron esta interesante información:

—La pareja baila separada; la coreografía empieza con el hombre como persiguiendo a la mujer para conquistarla; mientras baila, agita su pañuelo y la mujer, también agitando su pañuelo (que tiene su lenguaje), lo acepta o lo rechaza. La danza termina con el hombre abrazando a la mujer con su pañuelo. Pienso que lo de «Pañuelito hechicero» se refiere al pañuelo de la mujer, considerando la palabra «hechicero» como sinónimo de «seductor».—

Partitura: Pañuelito hechicero

lunes, 4 de enero de 2021

Chôros escritos por Oscar Rosati


Importante actualización (12 enero 2021): corrección de fechas, fotografías y nuevos datos sobre José Smiroldo, Ofelia Delfino de Reyes y Nelly Menotti.


Hace bastantes meses, el 28 de mayo del 2018, ya redacté un escueto artículo dedicado a los chôros que escribió Rosati:


Oscar Rosati - Chôros


Desde esa fecha he tenido la suerte de hacer algunos descubrimientos al respecto, por esa razón retomo el tema. En el mencionado artículo hacía una pequeña introducción que también irá bien para este artículo:


–El chôros es una música instrumental popular de Brasil. Muchos guitarristas ajenos a esa cultura conocimos este tipo de obra gracias a compositores brasileños como Heitor Villa-Lobos o João Pernambuco.–


Oscar Rosati llegó a escribir, por lo menos, seis chôros. De esos seis sólo publicó los números 1, 5 y 6. Hasta ahora solamente disponía de esos tres pero gracias a un alumno y amigo de Rosati, Luis Horacio Almirón, hemos podido recuperar el número 2. Hablaré un poco de cada uno de ellos.


Chôros nº 1

Fue publicado en 1976 por la editorial Daiam, Rosati dedicó este chôros al guitarrista José Smiroldo y a su esposa Beatriz. José Smiroldo, junto al guitarrista Alberto Chahin, solían interpretar en sus conciertos la divertida obra Scherzo Fantástico para dos guitarras «Dos Diablitos» del maestro Rosati. También, muy recientemente, he descubierto que parte de las partituras de Rosati a las que he accedido estos años pertenecían al archivo personal de José Smiroldo. Este archivo, no sé si todo, fue donado a una biblioteca de Mar del Plata, gracias a ese hecho pude acceder a esos documentos.


Respecto a mi edición del chôros nº 1, el ejemplar en el que se basa me lo proporcionó el guitarrista Lucio Núñez. Rosati le escribió la siguiente dedicatoria:


Para Lucio afectuosamente, Buenos Aires abril 1978



Chôros nº 2, Beatriz


Este chôros ha sido el descubrimiento más reciente, exactamente el 26 de diciembre del 2020, y debemos dar las gracias a Luis Horacio Almirón, hijo del guitarrista Sixto Almirón. Sixto y Oscar Rosati entablaron amistad en Comodoro Rivadavia en los años 40, desde entonces las dos familias mantuvieron una gran amistad que se extendió durante tres generaciones. Horacio empezó las clases con Rosati en los años 50, en el mismo Comodoro Rivadavia. En esta ciudad Rosati escribió el chôros nº 2, obra dedicada a su sobrina el 14 de junio de 1954, hija de una de sus dos hermanas:


Sixto Almirón actuando en la emisora
LU4 Radio de Comodoro Rivadavia
A mi sobrina, la delicada guitarrista Sofía Beatriz Solans, cariñosamente


Poder reeditar esta obra ha sido toda una odisea. La fuente, del archivo de Horacio, a sido una copia mimeografiada de un manuscrito original de Rosati hecho hace 66 años, además, con numerosas correcciones efectuadas por la propia mano del maestro. Gracias a la ayuda de Horacio, mi práctica con la caligrafía de Rosati y una imprescindible lupa conseguimos descifrar todas las notas y símbolos. Por suerte, Rosati escribía con abundante información sus partituras, ésta a sido de gran ayuda para no cometer ningún error en la nueva edición.


Chôros nº 3 y nº 4

De momento estos están en paradero desconocido, esperemos algún día descubrir algún ejemplar.


Chôros nº 5


Publicado por Antigua Casa Nuñez en 1962, está dedicado a la guitarrista Ofelia Delfino de Reyes, primera profesora de la gran intérprete argentina María Concepción Patrón. Una curiosidad que me comentó hace un tiempo M. C. Patrón es que la misma Ofelia escribió una letra para que este chôros pudiera ser cantado. Durante mucho tiempo dimos por perdido ese texto ya que se remontaba a muchísimos años atrás, y no sabíamos donde habían ido a parar los documentos de Ofelia… pero ocurrió un pequeño milagro:


M. C. Patrón y Ofelia (primer plano), 
Alfredo Reyes (esquina derecha)
La primera versión y publicación de este artículo la hice el 4 de enero del 2021; la presentación a las amistades la noche del día 5; el día 6, día de Reyes, recibí un sorprendente regalo que dejó mi artículo obsoleto inmediatamente.

Horacio Almirón estaba el 5 de enero revisando sus documentos guitarrísticos (algunos de hace más de 60 años), entre ellos apareció, inesperadamente, ¡una copia manuscrita del texto de Ofelia! ¿Cómo era posible? Enseguida recordó: la razón era que él mismo anotó el texto en su época de estudiante, le fue dictado por Rosati y su hija Aracy en clase para después entonarlo. La cosa no acaba aquí. Horacio, junto al texto, me envío la partitura de un hermoso estudio avanzado de Rosati, era inédito y desconocido por mí, el número 16. Al principio no me di cuenta, pero después me percaté del destinatario de la dedicatoria: «A mi querido amigo Alfredo Reyes, de todo corazón». Alfredo era el esposo de Ofelia Delfino de Reyes.


Da mucho que pensar sobre este tipo de sincronismos: justo cuando hablamos sobre un texto muy concreto, desaparecido hacía muchos años, reaparece «casualmente» a las pocas horas de ser nombrado, y en un día muy concreto, donde coinciden el apellido de las personas implicadas con el nombre de la festividad de ese día. Un sincronismo extremadamente exótico que parece más un guiño desde otro plano de la realidad que algo terrenalmente casual.


Volviendo a la partitura del chôros nº 5. De esta obra dispongo de dos versiones: la publicada por «Antigua Casa Nuñez», aportada por el musicólogo Vincenzo Pocci, y un manuscrito aportado por el biólogo y guitarrista Gustavo Antonio Aponte. Las dos están firmadas y dedicadas:


Versión editada: Roberto Lara, Buenos Aires, III 1963

Manuscrito: Raquel Taboada, Buenos Aires, Agosto del 61


Roberto Lara (1927-1988) fue un emblemático guitarrista argentino, grabó en vinilo alguna de las obras de Rosati; Raquel Taboada fue la última esposa del célebre guitarrista y compositor Abel Fleury.


Chôros nº 6, Remanso

Este chôros fue publicado por la editorial Argentina «Randolph Editores» en 1967, lo encontramos dentro de un conjunto de piezas que Rosati tituló «Cinco piezas Americanas». En esta ocasión el chôros fue dedicado a la profesora e historiadora Nelly Menotti, conocida amiga de la célebre guitarrista María Luisa Anido. La primera vez que accedí a estas obras fue gracias a la Biblioteca del conservatorio de Música de Bahía Blanca.



Partituras


Chôros nº 1

Chôros nº 2

Chôros nº 5

Chôros nº 6



Texto de Ofelia Delfino de Reyes para el chôros nº 5


Dulce tristeza de volver a revivir

mi juventud sin esperanzas,

días inciertos que quedaron muy atrás

y hoy vuelven con sus esperanzas.


Almas gemelas que vagaron al azar,

flores marchitas en estío,

nostalgias de lo que la vida se llevó,

reclamo que se hunde en el vacío.


Ven a mi lado por fin,

ven a compartir todos mis sueños,

ven, que el otoño se acerca taimado.

Su corte de neblinas y de escarchas cubrirá

como un manto gris mi juventud.


Ven, apresura tu paso,

ven, yo te despejaré el sendero.

Ya la alborada

se anuncia radiante,

no hay nubes de tristeza.

Tu regreso cubrirá

con un manto azul la cerrazón.