lunes, 14 de octubre de 2024

Rosati: Aracy


En el año 2016 decidí seriamente investigar la vida y obra de Oscar Rosati. Una de las primeras personas con las que traté, relacionadas con el maestro, fue Cora Alicia Leivinson, alumna suya en los años 60. Ella fue quien me habló por primera vez de Aracy, única hija de Rosati. Incluso le puso cara, me mostró una foto en la que salían juntas, ya que llegaron a conocerse de adolescentes. A partir de ese preciso instante mi objetivo prioritario era contactar con Aracy, así podría documentarme de primera mano sobre la biografía de su padre. Gracias a una base de datos conseguí enseguida el número de teléfono de su domicilio.


El 21 de agosto del 2016 me dirigí a un locutorio, ya que era una conferencia España-Argentina, para comunicarme con Aracy. Llamé, me atendió un señor y le pedí por ella, después de unos segundos de silencio me contestó:


—Eso va a ser imposible, hace escasos meses que ha fallecido (el 14 de abril, N. del E.).—

Estaba hablando con el marido de Aracy.

Remontémonos a más de 63 años atrás, cuando el maestro Rosati tenía 39 años, al 19 de noviembre de 1952. Ese día nacía su hija Cecilia Aracy. En esa época la familia Rosati vivía y trabajaba en Comodoro Rivadavia, Oscar como delineante en la planta petrolífera YPF y Elisa Quartara, su esposa, como profesora rural.

Oscar quiso celebrar el nacimiento de su hijita dedicándole una obra. El 5 de diciembre de ese mismo año ya la tenía escrita, era la galopa «Aracy».


 

La partitura

Tuve acceso a la partitura por primera vez gracias al musicólogo italiano Vincenzo Pocci, en su impresionante biblioteca disponía de un ejemplar de la edición publicada por Rosati en el verano de 1954. Posteriormente, a principios del 2021, tuve el honor de consultar el manuscrito de «Aracy» gracias a Luis Horacio Almirón, alumno de Oscar. Luis también disponía en su archivo de un ejemplar de la partitura publicada en 1954, pero con anotaciones del maestro. Todos estos documentos han sido la base de la nueva edición.

Portada del manuscrito (archivo Luis Horacio Almirón)
La versión manuscrita y la publicada difieren muchísimo, hay que pensar que se llevan casi dos años de diferencia y, según pude observar (y me comentaba Almirón), el manuscrito es una versión primigenia de «Aracy». Aunque la estructura de la composición es casi idéntica, Rosati fue tomando muchas decisiones de cara a la edición final de la obra. Por ejemplo: cambió la forma de representar rítmicamente la música sobre el papel, también rearmonizó o cambió la extensión de alguna de las secciones.

La versión publicada en 1954 ha sido la base principal de la nueva edición, ya que es una partitura claramente más consistente y con las ideas y armonizaciones bien definidas. De todas formas, el manuscrito ha sido muy útil de cara a resolver algunas digitaciones que estaban ausentes en la versión impresa. La otra aportación de Almirón, la partitura con anotaciones de Rosati, también ha sido muy útil. Gracias a esos apuntes se ha podido incluir en la nueva edición alguna alternativa a algunos compases. Eran variantes que el maestro sugirió a su alumno Luis Horacio durante las clases.

Cuando Rosati decidió publicar «Aracy» recurrió a la autoedición, hizo el encargo a los talleres gráficos de la editorial Julio Korn S. R. L., sitos en Moreno 2034 de Buenos Aires (Argentina). La partitura fue impresa el 3 de agosto de 1954. Tanto el diseño de la portada como su bonita tipografía son iguales en la publicación y el manuscrito. Podemos presuponer que son creación de Rosati, ya que estaba perfectamente capacitado al ser delineante profesional. Las dos versiones también tienen la misma dedicatoria:



A mi hijita CECILIA ARACY

Otro de los alumnos de Rosati con el que tuve el placer de tratar fue Mario César Pecelis. Al igual que Almirón, recibió clases en Comodoro Rivadavia y también tenía en su archivo un ejemplar de «Aracy». El maestro se lo firmó con la siguiente dedicatoria:

A mi distinguido discípulo Mario César Pecelis, cariñosamente.
Rosati
Comodoro Rivadavia, 24-IX-58


Descargar partitura: Aracy


La obra

El estilo musical utilizado por Rosati para construir «Aracy» es la galopa. Preguntando a la eminente guitarrista María Concepción Patrón sobre esta obra y su género me comentó lo siguiente:

—La Galopa es un género de nuestro litoral, es muy rítmica, a mí me recuerda el fluir del río (nuestras provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones están abrazadas por dos grandes ríos, el Paraná y el Uruguay). Los grupos de cuatrillos en la galopa se tocan como precipitados para volver al ritmo. «Aracy» es una de las obras más bellas de Rosati, es una de sus composiciones que toco.—

La obra empieza con una imponente introducción, un Lento Maestoso, para pasar seguidamente a la galopa, con un movimiento Vivo. Es una partitura muy vistosa en muchos aspectos, por lo que podríamos definirla como una pieza de lucimiento técnico en el escenario.

En el año 2021, gracias a la musicóloga argentina Angélica Adorni, descubrí la que seguramente fue la primera grabación de «Aracy», la interpretación se la debemos al músico argentino Ramón Ayala (1926-2023). La encontramos en su producción “El hombre que canta al hombre” (1964), él la titula como «Aracy (Madre del tiempo)». Angélica, profesora y licenciada en artes, publicó un importante trabajo dedicado a esta grabación. Respecto a la relación de Ayala con Rosati me comentaba lo siguiente:

—Creo recordar que Ramón Ayala en una entrevista, al conversar sobre el contenido del disco, me mencionó una amistad con Rosati, quien admiraba la música litoraleña y lo alojaba en su casa durante sus giras por el sur del país.—

Luis Horacio Almirón también me comentaba el gusto de Oscar por la música litoraleña, como es el caso de la galopa:

—A su hija, Elisa y Oscar, la bautizaron con el nombre Aracy, que en guaraní significa: “Madre del día, aurora”, la obra que lleva su nombre es una galopa, le gustaba (a Rosati) la música de esa región.—

Hay que remarcar que Ayala es un importante músico folclorista, no un intérprete de guitarra clásica. Por lo que su interpretación tiene una serie de licencias tímbricas, estructurales y expresivas propias de su ámbito musical, muy alejadas del sonido «académico» de Rosati. Recordemos que la obra «Aracy» no deja de ser una composición de inspiración folclórica, por lo que es lícito que Ayala quisiera encaminar su interpretación a las raíces del folclore litoraleño. De momento, desconocemos si este arreglo e interpretación estaban en conocimiento y aprobación de Rosati.

La grabación que seguidamente podemos escuchar pertenece al archivo personal de Gustavo Antonio Aponte. También podemos escuchar el vinilo completo “El hombre que canta al hombre”  en la página «Voces de la Patria Grande».




Cecilia Aracy Rosati Quartara (1952-2016)

La vida de Oscar Rosati y su familia fue desarrollándose a lo largo de diferentes localizaciones. Haremos un recorrido cronológico de Aracy basado en los recuerdos de las personas que compartieron momentos y lugares con ella. Al ser recuerdos, no dejan de ser datos subjetivos y con cierto margen de error.


Comodoro Rivadavia - años 40 y 50

En los años 40 Oscar Rosati se trasladó a la ciudad de Comodoro Rivadavia desde su Buenos Aires natal por razones laborales. En esa época conoció a la que sería su esposa, Elisa Quartara, encantadora mujer de ascendencia galesa y originaria de la población de Gaiman (provincia del Chubut). Una pista de en qué año se conocieron son un grupo de obras firmadas por Rosati en Chubut, correspondientes a los años 1944 y 1945. Fruto de ese matrimonio nació Aracy el 19 de noviembre 1952.

El primer recuerdo aportado sobre Aracy se lo debemos a Luis Horacio Almirón:

—El Maestro me llamaba Tate, es mi apodo familiar, me conoció cuando nací (1945) o en mis primeros años de vida, creo que era soltero por ese entonces. Se casó con Elisa, en el 52 nació Aracy y Rosalía, mi madre, me llevó a conocer a la bebé.—

Mario César Pecelis (1941) recuerda con cariño la época en la que estudiaba con Oscar en Comodoro Rivadavia (de los 8 hasta los 17 años), también se acuerda de Aracy. La última vez que la vio él tenía 18 años, justo cuando se fue a estudiar medicina a Ciudad de La Plata. Aracy, según mis cálculos, tendría unos 8 años:

—Fue un excelente guitarrista (Oscar Rosati), muy querido por la población, siempre era invitado para los conciertos, la radio local (muy importante en aquella época), etc. Tuvo alumnos muy destacados. El tema más aplaudido de él era “Aracy”, una galopa dedicada a su hija cuando nació.—

Su aprecio por Rosati y la obra «Aracy» dura hasta la actualidad, en 2018 comentaba lo siguiente:

En Tandil hace 16 años que se celebra en octubre “La Noche de Las Guitarras”, no he faltado a ningún evento y siempre lo hago presente (a Oscar Rosati) a través de sus composiciones “Mario” (dedicada a Mario César Pecelis, N. del E.), “A mi Madre”, “El Donosito”, “Aracy”…—

Ciudad Jardín - finales de los años 50 y años 60 y 70

A finales de los años 50 (1958/59) la familia Rosati se trasladó a Ciudad Jardín Lomas del Palomar (Gran Buenos Aires), localidad en la que Oscar continuó dando clases de guitarra. Una de sus alumnas en El Palomar era la antes citada Cora Alicia Leivinson, estudió con Oscar de los 13 a los 18 años, actualmente es una eminente musicoterapeuta. Aracy y Cora coincidieron en una asociación barrial cultural llamada «Teatro Carpa El Palomar» con la que hicieron varias salidas. Cora, en el año 1969, ingresó en la Universidad de Buenos Aires para estudiar Ciencias de la Educación, por lo que la distancia geográfica y el cambio de actividades fueron motivo de alejamiento de ese grupo.

De aquella época también he tenido el placer de conocer otras alumnas de Rosati y amigas de Aracy, como es el caso de Cristina Ghione. Ella empezó las clases con el maestro a partir de 1963, cuando tenía 11 años, hasta 1970. Entre las muchas experiencias que me relató, y que iré compartiendo, resalto algunas frases en las que menciona a Aracy:

—Desde que conocí a Oscar supe que era Mi Maestro de guitarra. Conocí a su hija que era de mi misma edad, Aracy, y nos hicimos muy amigas. Yo nací el 14 de noviembre y ella el 19 de 1952, ambas de Escorpio, ambas hijas únicas. Oscar se encariñó conmigo y yo con su familia—

Otras amigas de Aracy y, nuevamente, alumnas de Rosati fueron Juana Graciela Chama y su hermanita, cinco años menor, Betty Chama. Graciela, de la misma edad que Aracy (también nacieron en el mismo mes), fue una de las mejores alumnas de Oscar. 

Graciela recuerda lo dulce que era Aracy, pero también lo dormilona que era por las mañanas. Aracy no había heredado el placer de tocar la guitarra, pero Graciela la animó, junto a Cristina Ghione, a que entrara en el coro de la mencionada asociación «Teatro Carpa El Palomar», dirigido por el admirado maestro Edgar Ruffo. Aracy, también comenta Graciela, estudió en el colegio alemán del Palomar (escuela privada de gran calidad) y tenía presente estudiar psicología. Perdieron el contacto en 1976, cuando Graciela marchó de una, en aquella época, convulsa Argentina.

Betty Chama, aunque una niña en esa época, tiene muchísimos recuerdos de gran interés, por lo que en próximos artículos los iremos narrando. Por ejemplo, la razón por la que el matrimonio Rosati llamaron a su hija Cecilia Aracy:

—Supe que la mejor amiga de Elisa se llamaba Aracy, ambas se prometieron que si tenían una hija le pondrían el nombre de la otra. Aracy significa Guayaba en Guaraní*. La guayaba es una fruta agridulce muy sabrosa. Cecilia porque nació un 19 de noviembre, muy cerca de la fecha de la Santa Patrona de la música.—

*Recordemos también el significado expuesto por Almirón al principio del artículo (N. del E.)

O cómo entraron en contacto las dos familias:

—La familia (Rosati) se mudó desde la ciudad sureña de Comodoro Rivadavia a Ciudad Jardín El Palomar, donde nací y nuestras familias se conocieron a partir de la amistad de mi hermana mayor (Graciela) con Aracy.—

Betty también nos explica una anécdota muy simpática con Aracy de protagonista:

—Aracy cada vez que veía margaritas en los jardines decía: ¡¡¡Cómo me gustan las margaritas!!!
Llegado su cumpleaños, mi familia le regaló un enorme ramo de hermosas y frescas margaritas con grandes botones amarillos y pétalos tiernos de blanco inmaculado. Cuando lo vio lo abrazó como a un bebé y cuando creímos que había ido a buscar un florero, volvió con una ensaladera, despetaló a todo el ramo, condimentó los pétalos y comenzó a comerlos. Quiso que los probáramos y pese a que estábamos todos con la boca abierta, fui la única audaz viendo la cara de Aracy como si saboreara un chocolate. Era delicioso, entre agreste, delicado y dulzón.—

También recuerdos de la adolescencia:

—A Ara (Aracy) le decían Twiggy* porque se parecía a la modelo, en especial por los labios con “voladitos”. Ellas iban juntas (Aracy y Graciela) a comprar los bikinis para el verano, elegían el mismo modelo y color, luego intercambiaban las piezas porque Ara era de busto pequeño y caderas grandes y Graciela a la inversa, así complementaban las diferencias de medidas.—

*Se refieren a la supermodelo londinense Leslie Lawson (N. del E.)

La siguiente foto pertenece al archivo de Cora Alicia Leivinson, fue tomada en 1968 en el Teatro Carpa El Palomar. La tres chicas apoyadas en la pared son (de derecha a izquierda): Graciela  Chama, Aracy Rosati y Cora Alicia Leivinson. También podemos ver a otros miembros y asistentes del teatro.


Santa Clara del Mar (1ª parte) - más de los años 60 y 70

En los años 60 Oscar construyó una casa de veraneo en Santa Clara del Mar, él la bautizó como «El Langostino Melancólico». En esa época Santa Clara era una zona agreste, nada que ver con la actualidad. En «El Langostino Melancólico» se hacían muchas reuniones, recordadas muy gratamente por todos sus asistentes, en especial por los que entonces eran niños o adolescentes. De esas visitas a la familia Rosati hay muchísimas anécdotas, de momento utilizaremos esa ubicación como parte de la trayectoria de Aracy.

Para empezar, la mayoría de los alumnos nombrados anteriormente eran asiduos visitantes de esa residencia. Por ejemplo, Juana Graciela Chama:

—Pasé un verano memorable en casa de ellos cuando yo tenía 15 o 16 años, me recibieron como una de familia, los recuerdo con amor. ¡El sentido del humor de Oscar era memorable!—

Alguna de las vivencias y recuerdos de Cristina Ghione en esa localidad:

—En 1968 fallece mi padre. Oscar le propuso a mi mamá llevarme con ellos a un lugar de la costa llamado Santa Clara del Mar, a pasar los meses de verano. Diciembre, enero y febrero. Desde 1968 hasta 1972, todas las vacaciones las pasé en Santa Clara.—

Seguidamente, un recuerdo de Cristina junto a Aracy en Santa Clara:

—Tenía un gran sentido del humor (Oscar Rosati). Muchas noches después de cenar desaparecía y volvía transformado en una bruja o en un fantasma. Apagaba las luces y con una sábana y una linterna nos asustaba a Aracy y a mí. Contaba historias de terror, que se inventaba, para prologar los disfraces que armaba.—

Otro excentricismo de nuestro querido maestro narrado por Cristina:

Un día nos quedamos solas (Aracy y Cristina) con él porque Elisa había viajado a Buenos Aires. A la mañana desayunamos y nos fuimos a la playa. Oscar siempre estaba componiendo o tocando la guitarra, rara vez salía de la casa. Llegó la hora de la cena. Comimos y ofrecimos lavar los platos. Se negó. Se vistió con un delantal, un pañuelo en la cabeza y comenzó a cantar a voz en cuello: —la mujer que al amor no se asoma, no merece llamarse mujer*—, mientras revoleaba los platos por la ventana hacia el jardín, que se iban rompiendo uno a uno. Cuando Elisa regresó al otro día nos preguntó por los platos que faltaban. Oscar contestó: —No tenemos la menor idea. ¿No es verdad?— dijo mirándonos a los ojos. Elisa supo que había sido él.—

*Una Mujer, canción interpretada por el cantante Gregório Barrios (1911-1978). Originario de Bilbao (España), emigró con su familia a Argentina en 1921 (N. del E.)

Una de las amistades de Oscar Rosati y Cristina Ghione en Santa Clara era Juancho Orensanz. Juancho es un importante documentalista fotográfico de esa localidad, lleva años compartiendo su archivo, toda una enciclopedia del origen y evolución de Santa Clara. Hay que tener presente que Santa Clara del Mar fue fundada en 1949 por miembros de su familia, los hermanos Antonio y José María Orensanz.

Juancho me ha compartido verdaderas joyas fotográficas en las que vemos a Rosati en las comentadas reuniones, siempre actuando ante la cámara con sus bromas y excentricidades. Juancho, precisamente en una de esas reuniones, conoció a la antes mencionada Graciela Chama, naciendo entre ellos una más que bonita amistad. Él tenía unos 14 o 15 años.

Del inmenso archivo de Juancho presentamos esta fotografía, en la que vemos a Aracy (la tercera chica empezando por la izquierda) junto a otras de sus amistades de Santa Clara.


Capital Federal (Buenos Aires) - más de los años 70

En alguno de los años próximos a 1970 la familia Rosati se muda a la Capital Federal, Avenida Independencia 1155. Luis Horacio Almirón me expone una posible razón:

—Imagino que el inicio de la carrera de Aracy en la Universidad de Buenos Aires (Cap. Fed.) donde se recibió de Psicóloga, debe haber sido un factor importante en la decisión de dicha mudanza, ya que hasta ese momento había sido una alumna brillante en un colegio alemán de prestigio, cercano a su anterior domicilio.—

Nos acercamos al 15 de junio de 1979, fecha en que nos deja Oscar. Almirón recuerda la última vez en la que se reunió con su maestro y amigo, también habló con Aracy:

—Lo había visto la última vez en su departamento, en cama, muy mal, esforzándose para hablar. Dadas esas circunstancias Aracy me pidió que ya no lo visitara.—


La Plata - años 80

En diciembre de 1979 la familia Almirón recibe una carta de Aracy, es la invitación a su boda. Será  el 5 de enero de 1980 a las 22 h, en la parroquia de San Francisco de Asís de La Plata. En esta ciudad es donde también trabajará Aracy, según un informe, en el sector de la salud humana. Dada su titulación entendemos que como psicóloga.

Con el tiempo el matrimonio adoptará a una niña, con la cual tuve ocasión de hablar una vez con ella.



Santa Clara del Mar (2ª parte) Bariloche y La Plata - años 80 hasta el 2016

Seguimos en los años 80, el documentalista Juancho Orensanz sigue viviendo en Santa Clara del Mar, lleva años sin saber nada de Oscar Rosati (no estaba informado de su fallecimiento).

A mediados de los 80 (85 o 86) tiene un reencuentro con Aracy, la ve muy cambiada. Ella ha decidido tener una nueva vida, enfocada en la religión y a un nuevo círculo de amistades, afines a esa nueva trayectoria. También le presenta a su marido, un muchacho carpintero del mismo culto.

En esa época Aracy y su marido tendrán una vida recluida: no reciben visitas, no se les ve por el pueblo ni por las tiendas… También modifican la casa, hasta el punto de dejarla irreconocible respecto a la época antes descrita, la de las entrañables reuniones en el «El Langostino Melancólico».

Quien sí tuvo contacto en esa época con el matrimonio fue Violeta Mara De Tomás, cree recordar que eran devotos de «La Medalla Milagrosa». También recuerda gratamente las conversaciones con Aracy y su ilusión de concebir una hija, y la sorpresa de verla al año siguiente con una niña entre los brazos. Antes de la adopción, el matrimonio estuvo viviendo en la ciudad de Bariloche (provincia de Río Negro, Argentina).

Juancho recuerda que el matrimonio y la hija estuvieron en Santa Clara aproximadamente hasta el año 2007/2008, sin poder volver a tratar con ellos. Suponemos que a partir de esas fechas centralizaron su vida en la vivienda de La Plata.

Aracy también visitaba periódicamente la histórica tienda «Antigua Casa Nuñez» (Buenos Aires), distribuidores de la «Cartilla de la guitarra» y otras partituras de Oscar Rosati. Esas visitas eran para el cobro de los derechos que había heredado del patrimonio musical de su padre. Al respecto, Luis Almirón me daba una triste noticia el pasado mes de abril: el cierre de la Antigua Casa Nuñez (1870-2024).

El 14 de abril del 2016 se despedía Aracy de nosotros. El 21 de agosto, sin saber de su fallecimiento, intenté contactar con ella por teléfono, me respondió su marido dándome la mala noticia. Casualmente, ese mismo mes de agosto ya había inaugurado la página que recopila la vida y obra de Oscar Rosati, por lo que decidí dedicar el trabajo a Cecilia Aracy Rosati Quartara como homenaje.

Agradecimientos

Luis Horacio Almirón
María Concepción Patrón
Gustavo Antonio Aponte
Vincenzo Pocci
Angélica Adorni
Mario César Pecelis
Juancho Orensanz
Cora Alicia Leivinson
Graciela Chama
Betty Chama
Cristina Ghione
Violeta Mara De Tomás
Marido e hija de Aracy

martes, 2 de julio de 2024

Rosati: Labrador Alegre



Con esta tercera entrega, finalizamos los artículos dedicados a la relación del maestro Rosati con la familia Omar De Tomás. En esta ocasión presentamos una obra que no es original de Rosati, sino un estupendo arreglo para cuarteto de guitarras que hizo de la pieza “Fröhlicher Landmann, von der Arbeit zurückkehrend” (El alegre campesino, volviendo del trabajo). Esta popular partitura para piano la encontramos en el Op. 68, “Album für die Jugend”, del gran compositor Robert Schumann (1810-1856).


En su arreglo, Rosati respeta tanto el desarrollo de la melodía como la estructura de la obra. La licencia musical se la toma respecto al fantástico paisaje sonoro que crea alrededor de los motivos melódicos, los cuales saltan divertidamente entre las cuatro guitarras. Rosati juega de tal forma con los recursos tímbricos de la guitarra que hace olvidarnos del origen pianístico de la obra.

El documento utilizado para la presente edición es el manuscrito que entregó Oscar a la familia Omar De Tomás. Consiste en la partitura global con las cuatro guitarras y sus correspondientes particellas. En cada una de ellas, Rosati indica al miembro de la familia a quien le corresponde cada partitura, al igual que hizo con la obra «¿Jugamos al cuarteto?» (1972):

1ª guitarra - Graciela De Tomás
2ª guitarra - Carmina De Tomás
3ª guitarra - Violeta Mara De Tomás
4ª guitarra - Omar De Tomás

La portada del manuscrito no se salva de las habituales bromas de Rosati. Para empezar, para el título diseña una tipografía muy simpática y bucólica, después, presenta su labor como arreglista con una frase coloquial que en este contexto queda muy graciosa y sorprendente: 


Roberto Schumann 
Labrador Alegre 
OP. 68 - Nº 10 

Hecho pomada para 4 guitarras 
por O. Rosati 

Buenos Aires - 1973 


Violeta De Tomás nos define muy bien esa frase de Oscar:

Destruí con esta versión a Schumann (o esta obra de Schumann). Por otro lado, al expresarlo así, nadie puede tildarlo de hacer esa versión. Cualquier crítica la está haciendo primero él mismo. Se ríe de sí mismo.— 

Está claro el respeto que tiene Rosati por la obra de Schumann y la humildad con la que presenta su versión. 


Partitura:
Particellas: 


Agradecimientos

Violeta Mara De Tomás

lunes, 17 de junio de 2024

Rosati: Obras dedicadas a miembros de la familia Omar De Tomás



En un artículo anterior presentamos a la familia Omar De Tomás: sus miembros, su entorno musical y su relación con el maestro Oscar Rosati:


Además, en dicho artículo se publicó la partitura «¿Jugamos al cuarteto?», obra para cuatro guitarras escrita por Rosati especialmente para dicha familia. 

A continuación presentaremos dos composiciones más, esta vez dedicadas a miembros individuales de la familia Omar De Tomás. 


«Dos estudios despulgarizados» (1971) 

Esta obra está dedicada a Carmina Álvarez Álvarez, esposa de Omar De Tomás (1929-2017) y madre de Graciela y Violeta Mara. Carmina, de origen asturiano (España), aprendió guitarra ya de mayor, con el profesor peruano Andrés Gaviño. Rosati, a partir de un percance que después describiremos, entregó a Carmina un manuscrito de la obra, seguramente la única copia existente. La portada tiene unos textos muy simpáticos: 


A la talentosa alumnetta del Profesor Gaviñetto, Carmetta de De Tomasetto

Dos Estudios Despulgarizados*

Para Guitarretta

1º "Asturietta" — 2º “Zambetta"

Por
Oscaretto Pelodetto

Ciudad Jardinetta, 14 de abriletto 1971

*Cualquier parecido de esta palabra con la acción de matar pulgas, es mera coincidencia. 


El título de esta composición es una ingeniosa broma de Oscar Rosati relacionada, como en otras ocasiones, con el contexto de un acontecimiento. Esta vez tiene un sentido muy razonable: son estudios a los cuales se les ha eliminado de la digitación el dedo pulgar de la mano derecha, es decir, están «despulgarizados». La razón viene dada a causa de un incidente ocurrido a Carmina, Violeta Mara nos explica lo sucedido:

Mi mamá Carmina, a causa de una caída, se fracturó la mano y no podía mover el pulgar. Oscar escribió estos estudios para ella siguiera tocando.— 

Carmina, obviamente, también recuerda lo sucedido:

¡Recuerdo! Me había fracturado el escafoides del pulgar en la mano derecha y siempre Oscar querido con sus bromas…


Carmina y Omar (Oviedo, abril 2011)

Como hemos podido observar, los textos de la portada están divertidamente deformados. Inicialmente, se me ocurrió que Oscar quería imitar el acento típico del idioma asturiano (como homenaje al origen de Carmina), en cambio, a Violeta Mara le recuerda más bien a una «italianización» de las palabras… bueno, ese aspecto de la obra quedará de momento en incógnita. 

Otro detalle curioso es que Rosati vincula el título de cada estudio a un, aparentemente, ficticio compositor: 

  • El primer estudio,”Asturietta”, lo relaciona con un tal «Albenizetto». Aquí no hay dudas. Al tocar las primeras notas de la partitura, detectamos los guiños que hace Rosati a la melodía principal de la obra Asturias (Asturietta) de Isaac Albéniz (Albenizetto).
  • El segundo estudio, “Zambetta”, Rosati lo relaciona con un compositor llamado «O maretto». Es fácil darse cuenta que el título hace referencia a la zamba (zambetta), género muy popular en Argentina. Gracias a Violeta sabemos que «O maretto» se refiere a Omar, el esposo de Carmina. Entendemos que Oscar se inspiró en alguna de las composiciones de su buen amigo Omar De Tomás, o bien, quedó como una broma entre ellos.


«Canción de Cuna» (1977) 

Esta obra está dedicada a Violeta Mara De Tomás, hija de Carmina y Omar De Tomás. Violeta conoció casualmente la obra en 1976, un año antes de su publicación. Ella nos explica una bonita vivencia al respecto:

Estábamos de visita en casa de Oscar, por entonces mi hermana Graciela estaba embarazada de mi primera sobrina*. Mis papás estaban charlando con Oscar y yo dando vueltas por la casa. Vi que en el atril había una partitura, agarré la guitarra y me puse ha tocarla. Oscar, sin decirme nada, me estaba escuchando (después él le hizo algún comentario sobre esa primera lectura, N. del E.)
Cuando la obra se publicó vi que estaba dedicada a mí. La razón, explicada por Oscar, es que aquel día, mientras yo tocaba la obra, él se imaginaba que yo se la tocaba a mi futura sobrina.

*Yanina Mariel Colombo, nieta del eminente guitarrista Emilio Colombo (1920-2017), discípulo de Andrés Segovia. Emilio también fue profesor de las hermanas Graciela y Violeta De Tomás (N. del E.).


En 1977 la obra fue publicada por la editorial DAIAM junto a otra composición de Rosati, «Canción Intima». Oscar incluyó la siguiente dedicatoria a la «Canción de Cuna»:

A la joven intérprete Violeta Mara De Tomás 

Cuando Oscar entregó un ejemplar a Violeta, él le escribió estas bonitas palabras en la partitura:

Marita, que la música sea el medio por el que estrechemos aún más nuestra linda amistad 

Oscar 
Buenos Aires, abril 1977 


Violeta, Omar y Oscar


El manuscrito de 1976 y la publicación de DAIAM difieren ligeramente en algunos detalles, en la presente edición he incluido las dos versiones. 


Agradecimientos 

Violeta Mara De Tomás 
Carmina Álvarez Álvarez

domingo, 18 de febrero de 2024

Aportación de Oscar Rosati al conocido tema «Romance Anónimo»

 Por Víctor Estrada Mañas


Una de las obras más populares que se han escrito para guitarra es la conocida pieza «Romance Anónimo», todo estudiante que se inicia en la guitarra, tanto clásico como flamenco, suele tener el deseo de incluirla en su repertorio lo antes posible. Incluso he tenido la oportunidad de escucharla en recitales de destacados intérpretes.


La primera parte de esta obra, la más preciada, desarrolla exclusivamente a lo largo de la primera cuerda una bella melodía en Mi menor, lo que facilita mucho los recursos técnicos de ambas manos de cara a su armonización y ejecución. Eso hace que haya un buen equilibrio entre el esfuerzo aplicado en el estudio de esta partitura y su excelente resultado musical.


Cuando nos interesamos por el origen de esta composición nos adentramos por un camino muy espinoso, por ejemplo: el título que describo de la obra (actualmente el más utilizado) es uno de los tantos que posee; existen diferencias armónicas y estructurales según la fuente; incluso, varios guitarristas han recibido, voluntaria o involuntariamente, la autoría de esta obra.


Todos estos temas los trató el arquitecto y músico Santiago Porras Álvarez, él investigó seriamente el origen del «Romance Anónimo». El resultado fue publicado en el año 2002 en un exhaustivo e interesante artículo para la página Artepulsado:


Qué (no) sabemos del Romance ¿Anónimo?



De los diferentes posibles orígenes que se comentan en este artículo nos centraremos en el apartado en el cual se habla del guitarrista lorquino Antonio Rubira (marqués de Rubira), ya que es la fuente utilizada por Oscar Rosati para su versión de esta obra:


Según Matanya Ophee, la primera edición impresa del Romance se debe al español Antonio Rubira, quien la publicaría en 1900. Lo poco que se sabe de Rubira se lo debemos de nuevo a Prat, quien nos menciona su estancia en Buenos Aires en 1881-84, y de quien dice compuso un "Estudio de arpegio" que "por su sencillez y agradable melodía mereció reiteradas ediciones". Hoy no pocos musicólogos piensan que ese estudio de arpegios pueda coincidir con lo que hoy conocemos como Romance Anónimo. Dice Francisco Herrera que fue el uruguayo Cedar Viglieti quien atribuyó a Rubira la paternidad del Romance. El mismo Herrera proporciona un listado de ediciones del Romance de Rubira, aunque ninguna anterior a 1940, y todas ellas posiblemente con revisones editoriales. Aún no he sido capaz de poner la vista sobre la edición de 1900 a la que se refiere Ophee, por lo que en este momento no puedo añadir posteriores comentarios.



La referencia de Prat que comenta Santiago se refiere a la entrada que escribió el guitarrista y musicólogo catalán Domingo Prat (1886-1944) en su popular obra «Diccionario de Guitarristas» (1934). Dejo aquí la entrada completa:



RUBIRA, Antonio. Destacado ejecutante guitarrista y com­positor, español. Brilló como eximio virtuoso, al comenzar la segunda mitad del siglo XIX. Arcas y Parga, devotos admiradores de Antonio Rubira, se sintieron atraí­dos por la sublimidad de su pulsación y creyeron descubrir en este artista un don sobrenatural. En su época se le publicaron varias composiciones, muchas de ellas fantasías sobre óperas. Luego también «Valses fantásticos» «El Aniversario» y un «Estudio» de arpegio, muchas veces reeditado por su sencillez y agrado. Por fin recordaremos que Antonio Rubira, de noble abolengo, fué el maestro de los guitarristas hoy radicados en La Plata, Francisco González y Carlos Canaveri (padre); éste recibió sus enseñanzas durante el tiempo que estuvo en la Argentina, a mediados de 1881-84, en cuyo año Rubira regresó a su patria. (1932).



Como antes se ha comentado, la fuente que conocía Rosati es la que presumiblemente había escrito Antonio Rubira. En este caso ya no nos podemos referir a ella como «Romance Anónimo» sino como «Estudio», tal como la presentaba Rubira y, obviamente, Oscar Rosati.


La edición que presentamos en este artículo se basa en un manuscrito que hizo Oscar Rosati en algún momento de los años 50, época en la que estuvo trabajando en Comodoro Rivadavia. Esta partitura se ha conservado gracias al archivo de Luis Horacio Almirón, su formato es muy peculiar, ya que se trata de papel fotográfico, soporte hecho por su hermano Pancho, que era fotógrafo. Luis nos comenta lo siguiente al respecto:


Oscar escribió la partitura, y mi hermano Pancho, que trabajaba con él en el mismo edificio, experimentó haciendo esta copia. Pancho utilizó papel fotográfico brillante como soporte en esa experiencia, eso dificulta la lectura.


Efectivamente, el documento compartido por Luis es una imagen con los colores invertidos (en negativo). Por suerte, actualmente es muy fácil solventar ese problema informáticamente.


Respecto a la versión de Rosati de esta pieza destacaremos algunos detalles:


  • El título que aparece en la partitura es «Estudio», y el nombre del autor está escrito como «M. Rovira» (no Rubira). Entendemos que la «M.» se refiere al título nobiliario de «marqués», el cual poseía este guitarrista.
  • Rosati no informa en el manuscrito que haya reelaborado la obra.
  • El arpegio no es el habitual en tresillos al que estamos habituados, Rosati ha optado por uno en semicorcheas.
  • Tanto la parte A como la B tienen inicios en anacrusa.
  • El final de cada parte, el compás que corresponde a las segundas casillas, resuelve armónicamente en el modo inverso a su sección. Es decir, la parte A (en Mi menor) acaba con acorde de Mi mayor, y la parte B (en Mi mayor) acaba con acorde en Mi menor.
  • La estructura de esta versión es A-B-A.
  • El bajo del tercer compás de la segunda parte es el fundamental (del acorde Si7), respetando la armonización de Rubira. En versiones más modernas ese bajo aparece siempre en segunda inversión (un Fa#).



Seguidamente, comparto tanto la versión original de Antonio Rubira como la elaborada por el maestro Rosati:


Partitura 1: Estudio de D. Antonio Rubira (manuscrito de dominio público)

Partitura 2: Estudio (M. Rovira) - Oscar Rosati

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Rosati: ¿Jugamos al cuarteto?


Oscar Rosati era una persona muy sociable. Tenía muchos círculos de amistades, normalmente relacionados con la guitarra, por lo que en muchas ocasiones estas personas estaban conectadas entre sí. En esta ocasión hablaremos de uno de los grandes amigos de Oscar, el guitarrista Omar De Tomás (1929-2017) y, por extensión, de toda su familia. Además, a partir de esta relación, descubriremos multitud de conexiones con otras personas de las que ya hemos hablado en anteriores artículos: Ofelia Delfino de Reyes, Andrés Gaviño, Pablo Anapios, el Dr. Aureliano Maciel Valera o Emilio Colombo.

Omar De Tomás y su familia

Omar De Tomás nació en el seno de una familia de ambiente musical. Su padre tocaba el bandoneón y la guitarra, también guitarristas eran alguno de sus tíos. En ese entorno empezó sus primeros contactos con la guitarra, posteriormente hizo los estudios formales con la guitarrista Ofelia Delfino de Reyes. Con ella y otro de los alumnos, Edgardo Cardinale, tocaron en un trío por mucho tiempo. Omar, aparte de presentarse como solista en conciertos, tuvo un dúo con el intérprete Pablo Anapios. También ejerció la docencia preparando a alumnos de todas las edades, además, compuso varias obras originales para guitarra.

Una de las facetas a destacar de Omar fue su esfuerzo en mantener la cultura de la guitarra en su ciudad. Después de participar en la antigua «Asociación Guitarrística Argentina», él, junto a un grupo de guitarristas, crearon el «Círculo Guitarrístico Argentino». En este grupo podíamos encontrar a eminencias como María Angélica Funes (presidente), Eduardo Múscari, Pablo Anapios, Emilio Colombo (discípulo de Andrés Segovia) o al mismísimo Oscar Rosati.

La familia De Omar vivía en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Villa Devoto. Estaba formada por su esposa Carmina Álvarez (de origen asturiano, España) y sus hijas Graciela y Violeta Mara. Todos eran intérpretes de guitarra.

Carmina Álvarez aprendió guitarra, ya de mayor, con el profesor peruano Andrés Gaviño (al cual Rosati le dedicó su Vals Peruano n.º 1). Graciela y Violeta se introdujeron en la técnica guitarrística gracias a su padre, después hicieron los estudios formales con los profesores Gaviño y, principalmente, con el maestro Emilio Colombo.

Violeta, Omar y Rosati
La familia De Tomás y Oscar disfrutaron durante muchos años de innumerables veladas guitarrísticas tanto en Santa Clara del Mar como en la ciudad de Buenos Aires. Las hijas, en esa época muy pequeñas, recuerdan lo bien que lo pasaban muchas tardes, tocando toda la familia junta o leyendo la vasta colección de historietas que tenía Rosati en la biblioteca de su casa «El Langostino Melancólico» (Santa Clara del Mar).

Oscar dedicó varias obras a los miembros de esta familia, por ejemplo: a Violeta Mara, la «Canción de cuna» (1977); a Carmina, «Dos estudios despulgarizados» (1971) o, a la familia entera, el cuarteto para guitarras «¿Jugamos al cuarteto?» (1972).


¿Jugamos al cuarteto? 

Compuesto para la linda familia De Tomás, con todo mi cariño

Como introducción a esta obra utilizaré algunas anécdotas que nos explica Violeta al respecto: 

—Yo tenía 11 años, hacía poco que estaba estudiando guitarra clásica, y en su casa de Santa Clara, Oscar me hizo leer la tercera guitarra sin decirme lo que era. Cuando se cercioró que yo podía tocar mi parte, me enteré de que era un cuarteto escrito para mi familia. 

Cuando lo íbamos a estrenar y ya lo sabíamos, Oscar vino a mi casa para ensayarlo con él y ver la interpretación. 

Nos sentábamos cada uno de los miembros de mi familia en un lado distinto de una mesa rectangular. Las partituras apoyadas arriba de la mesa. Oscar al lado de alguno de nosotros, no me acuerdo, pero no al lado mío. Yo ya estaba un poco cansada del ensayo, así que me puse una historieta en la falda. Como sabía de memoria mi parte, tocaba la guitarra y leía al mismo tiempo. Esto hasta que se dio cuanta mi papá y recibí el reto correspondiente. Oscar se rio y dijo que ya se había dado cuenta de lo que yo estaba haciendo y no había querido decir nada.—

Violeta nos narra más datos sobre la preparación y estreno de la obra: 

—Los encuentros para ensayar el cuarteto fueron en mi casa. Óscar se quedaba incluso muchas veces a dormir con nosotros. La obra fue tocada varías veces en las reuniones de guitarristas de las que participaban mis padres. En casa de Maciel Varela, en la reunión que se hacía los últimos sábados de cada mes, diría que se estrenó.— 


En la partitura manuscrita podemos ver una presentación muy peculiar de la familia De Tomás. Son las habituales bromas de Rosati:

Para el "De Tomás Ensamble" de Villa Devoto


Mamá Carmina......... Violintarra 2ª 
Papá Omar................ Violontarra 
Clavito 1º Graciela.... Violintarra 1ª 
Clavito 2º Violeta....... Violetarra 
Alexa Foxterrier......... Percusión 
Chiripi Flautalli.......... Trinos 


Rosati no solo enumeró a los miembros de la familia, sino que además incluyó en el ensamble a las mascotas que ellos tenían en esa época. Hay recuerdos divertidos al respecto, por ejemplo, Violeta nos comenta cómo Oscar utilizaba de metrónomo el batir de la cola de la mascota Alexa:

—Nosotros teníamos una perrita que se llamaba Alexa. Muchas veces Oscar, haciendo escalas en la guitarra, en mi casa, trataba de llevar la velocidad según el movimiento de la cola de mi perra.—

Respecto a Chiripi era un canario, que seguro que ambientaba con su trino los ensayos de la familia. Por cierto, las aves era otra de las pasiones de Rosati.

Nos comenta Carmina que esta obra también fue ejecutada por otro cuarteto, integrado por los guitarristas Liliana del Bono o el doctor Nicolás Carnuccio entre otros.

La obra 

Con lo comentado hasta ahora, este divertimento para guitarras se nos puede antojar como una amable composición de entretenimiento familiar sin más trascendencia. Todo lo contrario: es una obra muy seria, inspirada en el lenguaje romántico del siglo XIX, con una escritura que nos recuerda a los cuartetos de cuerda de esa época. Probablemente, cuando Oscar habla de «jugar al cuarteto», se está refiriendo a «disfrazar, imitar o convertir» a las guitarras en estos instrumentos de cuerda frotada. La divertida presentación del ensamble, la arquitectura de la obra o algunos reguladores que aparecen en la partitura parecen indicar ese enfoque.

Oscar y Omar tomando el mate
(entre ellos la perrita Alexa)
La obra está articulada en un solo movimiento, conteniendo varios de temas que se van desarrollando a lo largo de la composición. Estos son expuestos y re-expuestos utilizando multitud de técnicas compositivas. Para ello, Rosati recurre al contrapunto, la individualización de motivos y el diálogo entre ellos, a numerosas modulaciones y cambios de tempo, a importantes juegos con las dinámicas, etc. Una suerte haber podido conservar esta obra, excelente para ampliar el repertorio de los cuartetos de guitarra.

La presente edición está basada en los manuscritos que Rosati y la familia De Tomás utilizaron en la preparación de la obra. Por una parte, tenemos la partitura general, en la cual podemos apreciar algunos cambios o correcciones que Rosati efectuaba en el transcurso de los ensayos. Después, tenemos las particellas, en ellas encontramos todas las indicaciones de digitación. Entre la partitura general y las particellas se pueden apreciar algunas pequeñas diferencias, por ejemplo: acordes con más o menos notas; alguna indicación de tempo o dinámica diferentes entre sí, pero equivalentes; o algunas plicas y corchetes colocados de diferentes formas. Esas diferencias son casi imperceptibles y no alteran el sentido de la obra. La única aportación que he hecho ha sido incluir en las particellas toda la información sobre agógica que estaba exclusivamente en la partitura general.


Partitura:
Particellas:


Agradecimientos 

  • Violeta Mara De Tomás 
  • Graciela De Tomás 
  • Carmina Álvarez Álvarez 
  • María Concepción Patrón 
  • Gustavo Antonio Aponte