martes, 2 de julio de 2024

Rosati: Labrador Alegre



Con esta tercera entrega, finalizamos los artículos dedicados a la relación del maestro Rosati con la familia Omar De Tomás. En esta ocasión presentamos una obra que no es original de Rosati, sino un estupendo arreglo para cuarteto de guitarras que hizo de la pieza “Fröhlicher Landmann, von der Arbeit zurückkehrend” (El alegre campesino, volviendo del trabajo). Esta popular partitura para piano la encontramos en el Op. 68, “Album für die Jugend”, del gran compositor Robert Schumann (1810-1856).


En su arreglo, Rosati respeta tanto el desarrollo de la melodía como la estructura de la obra. La licencia musical se la toma respecto al fantástico paisaje sonoro que crea alrededor de los motivos melódicos, los cuales saltan divertidamente entre las cuatro guitarras. Rosati juega de tal forma con los recursos tímbricos de la guitarra que hace olvidarnos del origen pianístico de la obra.

El documento utilizado para la presente edición es el manuscrito que entregó Oscar a la familia Omar De Tomás. Consiste en la partitura global con las cuatro guitarras y sus correspondientes particellas. En cada una de ellas, Rosati indica al miembro de la familia a quien le corresponde cada partitura, al igual que hizo con la obra «¿Jugamos al cuarteto?» (1972):

1ª guitarra - Graciela De Tomás
2ª guitarra - Carmina De Tomás
3ª guitarra - Violeta Mara De Tomás
4ª guitarra - Omar De Tomás

La portada del manuscrito no se salva de las habituales bromas de Rosati. Para empezar, para el título diseña una tipografía muy simpática y bucólica, después, presenta su labor como arreglista con una frase coloquial que en este contexto queda muy graciosa y sorprendente: 


Roberto Schumann 
Labrador Alegre 
OP. 68 - Nº 10 

Hecho pomada para 4 guitarras 
por O. Rosati 

Buenos Aires - 1973 


Violeta De Tomás nos define muy bien esa frase de Oscar:

Destruí con esta versión a Schumann (o esta obra de Schumann). Por otro lado, al expresarlo así, nadie puede tildarlo de hacer esa versión. Cualquier crítica la está haciendo primero él mismo. Se ríe de sí mismo.— 

Está claro el respeto que tiene Rosati por la obra de Schumann y la humildad con la que presenta su versión. 


Partitura:
Particellas: 


Agradecimientos

Violeta Mara De Tomás

lunes, 17 de junio de 2024

Rosati: Obras dedicadas a miembros de la familia Omar De Tomás



En un artículo anterior presentamos a la familia Omar De Tomás: sus miembros, su entorno musical y su relación con el maestro Oscar Rosati:


Además, en dicho artículo se publicó la partitura «¿Jugamos al cuarteto?», obra para cuatro guitarras escrita por Rosati especialmente para dicha familia. 

A continuación presentaremos dos composiciones más, esta vez dedicadas a miembros individuales de la familia Omar De Tomás. 


«Dos estudios despulgarizados» (1971) 

Esta obra está dedicada a Carmina Álvarez Álvarez, esposa de Omar De Tomás (1929-2017) y madre de Graciela y Violeta Mara. Carmina, de origen asturiano (España), aprendió guitarra ya de mayor, con el profesor peruano Andrés Gaviño. Rosati, a partir de un percance que después describiremos, entregó a Carmina un manuscrito de la obra, seguramente la única copia existente. La portada tiene unos textos muy simpáticos: 


A la talentosa alumnetta del Profesor Gaviñetto, Carmetta de De Tomasetto

Dos Estudios Despulgarizados*

Para Guitarretta

1º "Asturietta" — 2º “Zambetta"

Por
Oscaretto Pelodetto

Ciudad Jardinetta, 14 de abriletto 1971

*Cualquier parecido de esta palabra con la acción de matar pulgas, es mera coincidencia. 


El título de esta composición es una ingeniosa broma de Oscar Rosati relacionada, como en otras ocasiones, con el contexto de un acontecimiento. Esta vez tiene un sentido muy razonable: son estudios a los cuales se les ha eliminado de la digitación el dedo pulgar de la mano derecha, es decir, están «despulgarizados». La razón viene dada a causa de un incidente ocurrido a Carmina, Violeta Mara nos explica lo sucedido:

Mi mamá Carmina, a causa de una caída, se fracturó la mano y no podía mover el pulgar. Oscar escribió estos estudios para ella siguiera tocando.— 

Carmina, obviamente, también recuerda lo sucedido:

¡Recuerdo! Me había fracturado el escafoides del pulgar en la mano derecha y siempre Oscar querido con sus bromas…


Carmina y Omar (Oviedo, abril 2011)

Como hemos podido observar, los textos de la portada están divertidamente deformados. Inicialmente, se me ocurrió que Oscar quería imitar el acento típico del idioma asturiano (como homenaje al origen de Carmina), en cambio, a Violeta Mara le recuerda más bien a una «italianización» de las palabras… bueno, ese aspecto de la obra quedará de momento en incógnita. 

Otro detalle curioso es que Rosati vincula el título de cada estudio a un, aparentemente, ficticio compositor: 

  • El primer estudio,”Asturietta”, lo relaciona con un tal «Albenizetto». Aquí no hay dudas. Al tocar las primeras notas de la partitura, detectamos los guiños que hace Rosati a la melodía principal de la obra Asturias (Asturietta) de Isaac Albéniz (Albenizetto).
  • El segundo estudio, “Zambetta”, Rosati lo relaciona con un compositor llamado «O maretto». Es fácil darse cuenta que el título hace referencia a la zamba (zambetta), género muy popular en Argentina. Gracias a Violeta sabemos que «O maretto» se refiere a Omar, el esposo de Carmina. Entendemos que Oscar se inspiró en alguna de las composiciones de su buen amigo Omar De Tomás, o bien, quedó como una broma entre ellos.


«Canción de Cuna» (1977) 

Esta obra está dedicada a Violeta Mara De Tomás, hija de Carmina y Omar De Tomás. Violeta conoció casualmente la obra en 1976, un año antes de su publicación. Ella nos explica una bonita vivencia al respecto:

Estábamos de visita en casa de Oscar, por entonces mi hermana Graciela estaba embarazada de mi primera sobrina*. Mis papás estaban charlando con Oscar y yo dando vueltas por la casa. Vi que en el atril había una partitura, agarré la guitarra y me puse ha tocarla. Oscar, sin decirme nada, me estaba escuchando (después él le hizo algún comentario sobre esa primera lectura, N. del E.)
Cuando la obra se publicó vi que estaba dedicada a mí. La razón, explicada por Oscar, es que aquel día, mientras yo tocaba la obra, él se imaginaba que yo se la tocaba a mi futura sobrina.

*Yanina Mariel Colombo, nieta del eminente guitarrista Emilio Colombo (1920-2017), discípulo de Andrés Segovia. Emilio también fue profesor de las hermanas Graciela y Violeta De Tomás (N. del E.).


En 1977 la obra fue publicada por la editorial DAIAM junto a otra composición de Rosati, «Canción Intima». Oscar incluyó la siguiente dedicatoria a la «Canción de Cuna»:

A la joven intérprete Violeta Mara De Tomás 

Cuando Oscar entregó un ejemplar a Violeta, él le escribió estas bonitas palabras en la partitura:

Marita, que la música sea el medio por el que estrechemos aún más nuestra linda amistad 

Oscar 
Buenos Aires, abril 1977 


Violeta, Omar y Oscar


El manuscrito de 1976 y la publicación de DAIAM difieren ligeramente en algunos detalles, en la presente edición he incluido las dos versiones. 


Agradecimientos 

Violeta Mara De Tomás 
Carmina Álvarez Álvarez

domingo, 18 de febrero de 2024

Aportación de Oscar Rosati al conocido tema «Romance Anónimo»

 Por Víctor Estrada Mañas


Una de las obras más populares que se han escrito para guitarra es la conocida pieza «Romance Anónimo», todo estudiante que se inicia en la guitarra, tanto clásico como flamenco, suele tener el deseo de incluirla en su repertorio lo antes posible. Incluso he tenido la oportunidad de escucharla en recitales de destacados intérpretes.


La primera parte de esta obra, la más preciada, desarrolla exclusivamente a lo largo de la primera cuerda una bella melodía en Mi menor, lo que facilita mucho los recursos técnicos de ambas manos de cara a su armonización y ejecución. Eso hace que haya un buen equilibrio entre el esfuerzo aplicado en el estudio de esta partitura y su excelente resultado musical.


Cuando nos interesamos por el origen de esta composición nos adentramos por un camino muy espinoso, por ejemplo: el título que describo de la obra (actualmente el más utilizado) es uno de los tantos que posee; existen diferencias armónicas y estructurales según la fuente; incluso, varios guitarristas han recibido, voluntaria o involuntariamente, la autoría de esta obra.


Todos estos temas los trató el arquitecto y músico Santiago Porras Álvarez, él investigó seriamente el origen del «Romance Anónimo». El resultado fue publicado en el año 2002 en un exhaustivo e interesante artículo para la página Artepulsado:


Qué (no) sabemos del Romance ¿Anónimo?



De los diferentes posibles orígenes que se comentan en este artículo nos centraremos en el apartado en el cual se habla del guitarrista lorquino Antonio Rubira (marqués de Rubira), ya que es la fuente utilizada por Oscar Rosati para su versión de esta obra:


Según Matanya Ophee, la primera edición impresa del Romance se debe al español Antonio Rubira, quien la publicaría en 1900. Lo poco que se sabe de Rubira se lo debemos de nuevo a Prat, quien nos menciona su estancia en Buenos Aires en 1881-84, y de quien dice compuso un "Estudio de arpegio" que "por su sencillez y agradable melodía mereció reiteradas ediciones". Hoy no pocos musicólogos piensan que ese estudio de arpegios pueda coincidir con lo que hoy conocemos como Romance Anónimo. Dice Francisco Herrera que fue el uruguayo Cedar Viglieti quien atribuyó a Rubira la paternidad del Romance. El mismo Herrera proporciona un listado de ediciones del Romance de Rubira, aunque ninguna anterior a 1940, y todas ellas posiblemente con revisones editoriales. Aún no he sido capaz de poner la vista sobre la edición de 1900 a la que se refiere Ophee, por lo que en este momento no puedo añadir posteriores comentarios.



La referencia de Prat que comenta Santiago se refiere a la entrada que escribió el guitarrista y musicólogo catalán Domingo Prat (1886-1944) en su popular obra «Diccionario de Guitarristas» (1934). Dejo aquí la entrada completa:



RUBIRA, Antonio. Destacado ejecutante guitarrista y com­positor, español. Brilló como eximio virtuoso, al comenzar la segunda mitad del siglo XIX. Arcas y Parga, devotos admiradores de Antonio Rubira, se sintieron atraí­dos por la sublimidad de su pulsación y creyeron descubrir en este artista un don sobrenatural. En su época se le publicaron varias composiciones, muchas de ellas fantasías sobre óperas. Luego también «Valses fantásticos» «El Aniversario» y un «Estudio» de arpegio, muchas veces reeditado por su sencillez y agrado. Por fin recordaremos que Antonio Rubira, de noble abolengo, fué el maestro de los guitarristas hoy radicados en La Plata, Francisco González y Carlos Canaveri (padre); éste recibió sus enseñanzas durante el tiempo que estuvo en la Argentina, a mediados de 1881-84, en cuyo año Rubira regresó a su patria. (1932).



Como antes se ha comentado, la fuente que conocía Rosati es la que presumiblemente había escrito Antonio Rubira. En este caso ya no nos podemos referir a ella como «Romance Anónimo» sino como «Estudio», tal como la presentaba Rubira y, obviamente, Oscar Rosati.


La edición que presentamos en este artículo se basa en un manuscrito que hizo Oscar Rosati en algún momento de los años 50, época en la que estuvo trabajando en Comodoro Rivadavia. Esta partitura se ha conservado gracias al archivo de Luis Horacio Almirón, su formato es muy peculiar, ya que se trata de papel fotográfico, soporte hecho por su hermano Pancho, que era fotógrafo. Luis nos comenta lo siguiente al respecto:


Oscar escribió la partitura, y mi hermano Pancho, que trabajaba con él en el mismo edificio, experimentó haciendo esta copia. Pancho utilizó papel fotográfico brillante como soporte en esa experiencia, eso dificulta la lectura.


Efectivamente, el documento compartido por Luis es una imagen con los colores invertidos (en negativo). Por suerte, actualmente es muy fácil solventar ese problema informáticamente.


Respecto a la versión de Rosati de esta pieza destacaremos algunos detalles:


  • El título que aparece en la partitura es «Estudio», y el nombre del autor está escrito como «M. Rovira» (no Rubira). Entendemos que la «M.» se refiere al título nobiliario de «marqués», el cual poseía este guitarrista.
  • Rosati no informa en el manuscrito que haya reelaborado la obra.
  • El arpegio no es el habitual en tresillos al que estamos habituados, Rosati ha optado por uno en semicorcheas.
  • Tanto la parte A como la B tienen inicios en anacrusa.
  • El final de cada parte, el compás que corresponde a las segundas casillas, resuelve armónicamente en el modo inverso a su sección. Es decir, la parte A (en Mi menor) acaba con acorde de Mi mayor, y la parte B (en Mi mayor) acaba con acorde en Mi menor.
  • La estructura de esta versión es A-B-A.
  • El bajo del tercer compás de la segunda parte es el fundamental (del acorde Si7), respetando la armonización de Rubira. En versiones más modernas ese bajo aparece siempre en segunda inversión (un Fa#).



Seguidamente, comparto tanto la versión original de Antonio Rubira como la elaborada por el maestro Rosati:


Partitura 1: Estudio de D. Antonio Rubira (manuscrito de dominio público)

Partitura 2: Estudio (M. Rovira) - Oscar Rosati

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Rosati: ¿Jugamos al cuarteto?


Oscar Rosati era una persona muy sociable. Tenía muchos círculos de amistades, normalmente relacionados con la guitarra, por lo que en muchas ocasiones estas personas estaban conectadas entre sí. En esta ocasión hablaremos de uno de los grandes amigos de Oscar, el guitarrista Omar De Tomás (1929-2017) y, por extensión, de toda su familia. Además, a partir de esta relación, descubriremos multitud de conexiones con otras personas de las que ya hemos hablado en anteriores artículos: Ofelia Delfino de Reyes, Andrés Gaviño, Pablo Anapios, el Dr. Aureliano Maciel Valera o Emilio Colombo.

Omar De Tomás y su familia

Omar De Tomás nació en el seno de una familia de ambiente musical. Su padre tocaba el bandoneón y la guitarra, también guitarristas eran alguno de sus tíos. En ese entorno empezó sus primeros contactos con la guitarra, posteriormente hizo los estudios formales con la guitarrista Ofelia Delfino de Reyes. Con ella y otro de los alumnos, Edgardo Cardinale, tocaron en un trío por mucho tiempo. Omar, aparte de presentarse como solista en conciertos, tuvo un dúo con el intérprete Pablo Anapios. También ejerció la docencia preparando a alumnos de todas las edades, además, compuso varias obras originales para guitarra.

Una de las facetas a destacar de Omar fue su esfuerzo en mantener la cultura de la guitarra en su ciudad. Después de participar en la antigua «Asociación Guitarrística Argentina», él, junto a un grupo de guitarristas, crearon el «Círculo Guitarrístico Argentino». En este grupo podíamos encontrar a eminencias como María Angélica Funes (presidente), Eduardo Múscari, Pablo Anapios, Emilio Colombo (discípulo de Andrés Segovia) o al mismísimo Oscar Rosati.

La familia De Omar vivía en la ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Villa Devoto. Estaba formada por su esposa Carmina Álvarez (de origen asturiano, España) y sus hijas Graciela y Violeta Mara. Todos eran intérpretes de guitarra.

Carmina Álvarez aprendió guitarra, ya de mayor, con el profesor peruano Andrés Gaviño (al cual Rosati le dedicó su Vals Peruano n.º 1). Graciela y Violeta se introdujeron en la técnica guitarrística gracias a su padre, después hicieron los estudios formales con los profesores Gaviño y, principalmente, con el maestro Emilio Colombo.

Violeta, Omar y Rosati
La familia De Tomás y Oscar disfrutaron durante muchos años de innumerables veladas guitarrísticas tanto en Santa Clara del Mar como en la ciudad de Buenos Aires. Las hijas, en esa época muy pequeñas, recuerdan lo bien que lo pasaban muchas tardes, tocando toda la familia junta o leyendo la vasta colección de historietas que tenía Rosati en la biblioteca de su casa «El Langostino Melancólico» (Santa Clara del Mar).

Oscar dedicó varias obras a los miembros de esta familia, por ejemplo: a Violeta Mara, la «Canción de cuna» (1977); a Carmina, «Dos estudios despulgarizados» (1971) o, a la familia entera, el cuarteto para guitarras «¿Jugamos al cuarteto?» (1972).


¿Jugamos al cuarteto? 

Compuesto para la linda familia De Tomás, con todo mi cariño

Como introducción a esta obra utilizaré algunas anécdotas que nos explica Violeta al respecto: 

—Yo tenía 11 años, hacía poco que estaba estudiando guitarra clásica, y en su casa de Santa Clara, Oscar me hizo leer la tercera guitarra sin decirme lo que era. Cuando se cercioró que yo podía tocar mi parte, me enteré de que era un cuarteto escrito para mi familia. 

Cuando lo íbamos a estrenar y ya lo sabíamos, Oscar vino a mi casa para ensayarlo con él y ver la interpretación. 

Nos sentábamos cada uno de los miembros de mi familia en un lado distinto de una mesa rectangular. Las partituras apoyadas arriba de la mesa. Oscar al lado de alguno de nosotros, no me acuerdo, pero no al lado mío. Yo ya estaba un poco cansada del ensayo, así que me puse una historieta en la falda. Como sabía de memoria mi parte, tocaba la guitarra y leía al mismo tiempo. Esto hasta que se dio cuanta mi papá y recibí el reto correspondiente. Oscar se rio y dijo que ya se había dado cuenta de lo que yo estaba haciendo y no había querido decir nada.—

Violeta nos narra más datos sobre la preparación y estreno de la obra: 

—Los encuentros para ensayar el cuarteto fueron en mi casa. Óscar se quedaba incluso muchas veces a dormir con nosotros. La obra fue tocada varías veces en las reuniones de guitarristas de las que participaban mis padres. En casa de Maciel Varela, en la reunión que se hacía los últimos sábados de cada mes, diría que se estrenó.— 


En la partitura manuscrita podemos ver una presentación muy peculiar de la familia De Tomás. Son las habituales bromas de Rosati:

Para el "De Tomás Ensamble" de Villa Devoto


Mamá Carmina......... Violintarra 2ª 
Papá Omar................ Violontarra 
Clavito 1º Graciela.... Violintarra 1ª 
Clavito 2º Violeta....... Violetarra 
Alexa Foxterrier......... Percusión 
Chiripi Flautalli.......... Trinos 


Rosati no solo enumeró a los miembros de la familia, sino que además incluyó en el ensamble a las mascotas que ellos tenían en esa época. Hay recuerdos divertidos al respecto, por ejemplo, Violeta nos comenta cómo Oscar utilizaba de metrónomo el batir de la cola de la mascota Alexa:

—Nosotros teníamos una perrita que se llamaba Alexa. Muchas veces Oscar, haciendo escalas en la guitarra, en mi casa, trataba de llevar la velocidad según el movimiento de la cola de mi perra.—

Respecto a Chiripi era un canario, que seguro que ambientaba con su trino los ensayos de la familia. Por cierto, las aves era otra de las pasiones de Rosati.

Nos comenta Carmina que esta obra también fue ejecutada por otro cuarteto, integrado por los guitarristas Liliana del Bono o el doctor Nicolás Carnuccio entre otros.

La obra 

Con lo comentado hasta ahora, este divertimento para guitarras se nos puede antojar como una amable composición de entretenimiento familiar sin más trascendencia. Todo lo contrario: es una obra muy seria, inspirada en el lenguaje romántico del siglo XIX, con una escritura que nos recuerda a los cuartetos de cuerda de esa época. Probablemente, cuando Oscar habla de «jugar al cuarteto», se está refiriendo a «disfrazar, imitar o convertir» a las guitarras en estos instrumentos de cuerda frotada. La divertida presentación del ensamble, la arquitectura de la obra o algunos reguladores que aparecen en la partitura parecen indicar ese enfoque.

Oscar y Omar tomando el mate
(entre ellos la perrita Alexa)
La obra está articulada en un solo movimiento, conteniendo varios de temas que se van desarrollando a lo largo de la composición. Estos son expuestos y re-expuestos utilizando multitud de técnicas compositivas. Para ello, Rosati recurre al contrapunto, la individualización de motivos y el diálogo entre ellos, a numerosas modulaciones y cambios de tempo, a importantes juegos con las dinámicas, etc. Una suerte haber podido conservar esta obra, excelente para ampliar el repertorio de los cuartetos de guitarra.

La presente edición está basada en los manuscritos que Rosati y la familia De Tomás utilizaron en la preparación de la obra. Por una parte, tenemos la partitura general, en la cual podemos apreciar algunos cambios o correcciones que Rosati efectuaba en el transcurso de los ensayos. Después, tenemos las particellas, en ellas encontramos todas las indicaciones de digitación. Entre la partitura general y las particellas se pueden apreciar algunas pequeñas diferencias, por ejemplo: acordes con más o menos notas; alguna indicación de tempo o dinámica diferentes entre sí, pero equivalentes; o algunas plicas y corchetes colocados de diferentes formas. Esas diferencias son casi imperceptibles y no alteran el sentido de la obra. La única aportación que he hecho ha sido incluir en las particellas toda la información sobre agógica que estaba exclusivamente en la partitura general.


Partitura:
Particellas:


Agradecimientos 

  • Violeta Mara De Tomás 
  • Graciela De Tomás 
  • Carmina Álvarez Álvarez 
  • María Concepción Patrón 
  • Gustavo Antonio Aponte

viernes, 18 de agosto de 2023

Rosati: Obras escritas en Santa Clara del Mar durante 1975



Santa Clara del Mar es una ciudad costera cercana a Buenos Aires, fue fundada en 1949 por los hermanos Antonio y José María Orensanz. Tengo la suerte de estar en contacto con el hijo de José María, Juancho Orensanz, persona que ama esta población y conserva (y comparte) una valiosísima documentación gráfica en la cual podemos ver la evolución de Santa Clara a lo largo de los años. Además, tanto él como su padre, fueron muy buenos amigos del maestro Rosati.

Alberto Chahin en «El Langostino Melancólico»
La familia Rosati tenía en esta localidad una casa de veraneo, donde se celebraban encuentros, aún muy recordados, con sus amistades y colegas guitarristas. Oscar bautizó a su casa con el divertido nombre de «El Langostino Melancólico». Se podría hablar mucho de este entrañable lugar y las reuniones que en él acontecían, pero será para otro artículo. En este caso quería contextualizar el entorno donde se escribieron una serie de obras.

Actualmente, en Santa Clara hay una densidad de población de más de 7.000 personas. En la época que estamos hablando, años 60 y 70, tanto la población como el entorno eran muy diferentes. Por entonces era un lugar poco visitado y la zona era muy agreste y con pocos servicios.

A día de hoy la casa de los Rosati también está muy transformada, casi irreconocible. Mi amigo Alberto Chahin (1947-2023) le hizo una visita en el año 2021, se encargó de hacer unas fotos para poder situarnos más en el contexto.


Obras escritas durante 1975 en Santa Clara del Mar

Rosati dedicaba gran tiempo de sus descansos en Santa Clara para estudiar y escribir música para guitarra. Tenemos la gran suerte de haber recuperado parte de esas composiciones gracias, principalmente, a los archivos de José Smiroldo y María Concepción Patrón. También, una de las obras, debemos estar agradecidos a Gustavo Antonio Aponte y Violeta Mar de Tomás. Hay que destacar que son partituras inéditas, es decir, manuscritos que se podían haber perdido con suma facilidad. En este artículo nos vamos a centrar en las piezas escritas a lo largo de 1975. 

Un detalle peculiar de toda la obra escrita en Santa Clara es su temática, básicamente dedicada a la naturaleza: Minuet del pájaro silbador, En el campo, Montes lejanos, Variaciones de primavera, etc. incluso obras como Habanera para guitarra o Maullato ma non troppo hacen cierta referencia a esa temática. 

Las presentes ediciones se han basado en los manuscritos que conservó José Smiroldo en su archivo, este, después de su fallecimiento, fue a parar a la biblioteca Juventud Moderna de Mar del Plata. La única excepción es la obra Maullato ma non troppo, de la cual se han podido consultar dos manuscritos gracias a Gustavo Antonio Aponte y Violeta Mar de Tomás.


Minuet del pájaro silbador (Santa Clara del Mar, enero de 1975)

La composición empieza con un motivo que representa el canto de un pájaro (¿tal vez un suirirí silbón?). Este motivo no va a parar de modular y transformarse durante toda la obra, con la misma agilidad e inquietud que haría un pájaro. Nuestra imaginación podrá recrear fácilmente la imagen de este alado revoloteando, cantando y saltando de rama en rama al ritmo de la danza del minuet.


Partitura: Minuet del pájaro silbador


Maullato ma non troppo (Santa Clara del Mar, 12 abril 1975)

Esta obra ya fue presentada y comentada en el artículo dedicado a los gatos escritos por Rosati. Aquí el artículo:

http://oscarrosati.blogspot.com/2023/03/gatos-escritos-por-oscar-rosati.html


Partitura: Maullato ma non troppo
 

En el campo (Santa Clara del Mar, 25 de agosto de 1975)

Obra de gran belleza y placidez, tal como indica el inicio de la partitura: Plácidamente
Esta agradable pieza es ideal para los estudiantes de guitarra, de fácil ejecución y gran musicalidad. Su sencilla melodía es acompañada por unas emotivas armonías que dan gran riqueza y variedad al discurso musical. Una peculiaridad de este manuscrito es que no tiene ninguna indicación de digitación, algo sorprendente hablando de Rosati. Posiblemente, el archivo consultado fue una primera versión de la obra, aún pendiente de incluir esas indicaciones. Me he tomado la licencia de digitar la obra para facilitar la lectura a los estudiantes, en la presente edición dejo bien claro que es mi «propuesta de digitación».


Partitura: En el campo


Habanera para guitarra (Santa Clara del Mar, 2 de septiembre de 1975)

Al igual que Maullato ma non troppo esta obra también fue comentada, en este caso en el artículo dedicado a las habaneras escritas por Oscar Rosati. Aquí tenemos el texto:

http://oscarrosati.blogspot.com/2023/02/habaneras-escritas-por-oscar-rosati.html


Partitura: Habanera para guitarra


Agradecimientos

Alberto Chahin
José Smiroldo (biblioteca Juventud Moderna de Mar del Plata)
Juancho Orensanz
Violeta Mar de Tomás
Gustavo Antonio Aponte

jueves, 10 de agosto de 2023

Guaranias escritas por Oscar Rosati

La guarania

La guarania es un género musical desarrollado en los años 20 (s. XX) por el importante compositor José Agustín Volta Flores (1904-1972). José nació y vivió en Paraguay, aunque a partir de los años 30 siguió su carrera musical en Buenos Aires hasta su fallecimiento.

José Agustín Volta Flores (1904-1972)
José Agustín Volta Flores (1904-1972)
José se inspiró en la polka paraguaya para diseñar este género. A diferencia de la alegre polka, a esta nueva forma le impuso un tempo más pausado y mayor desarrollo melódico y armónico, respetando el mismo tipo de compás (6/8 o 3/4). Son composiciones habitualmente cantadas, las cuales suelen tratan temáticas nostálgicas. Con la aparición de las primeras guaranias, el género enseguida se hizo muy popular en Paraguay, llegando incluso a extenderse al sur de Brasil y el norte de Argentina.

En el año 2022 se iniciaron los trámites para proponer a la guarania como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad ante la UNESCO.

Oscar Rosati trató poco este género, tenemos documentada una guarania original suya y el arreglo que hizo para guitarra sola de otra escrita por Domingo Marafioti.


Guaranias escritas por Oscar Rosati


Guarania nº 1

Gracias al archivo de la guitarrista María Concepción Patrón se ha podido conservar esta partitura inédita de Rosati. La arquitectura de esta obra nos puede recordar a la pieza de Rosati, también de temática paraguaya, «Polca para un héroe» de su ciclo «Cinco Piezas Americanas». Esta composición tiene una gran (y atrevida) riqueza armónica, así como importantes exigencias técnicas. Es muy interesante el desarrollo que tienen algunos de los motivos de la melodía inicial, los cuales aparecen en hasta tres octavas diferentes acompañados con diferentes recursos guitarrísticos. También hay que destacar el curioso acompañamiento obstinato que acompaña la emotiva, e incluso exótica, melodía de la sección final. Una suerte que María Patrón conservase esta pequeña joya musical.

El manuscrito, curiosamente, no está dedicado ni fechado.

Partitura: Guarania nº 1

Río arriba, tu voz…

Este es uno de los arreglos que hizo Rosati para la editorial/distribuidora Julio Korn. En esta ocasión se trata de una guarania escrita por el compositor tucumano Domingo Marafioti (1913-2002) y letra de la artista Raquel Taboada.

Domingo fue un pianista y director de orquesta muy activo, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires. Dirigió numerosas orquestas desde los años 40, llegando sus actividades hasta finales de los años 80. Su faceta como compositor fue menor.

De Raquel podemos comentar que conocía a Oscar Rosati, esto lo demuestra una copia del chôros nº 5 (versión manuscrita) que el maestro entregó y dedicó a Raquel (Buenos Aires, agosto de 1961). También destacaremos que fue guitarrista, alumna de Consuelo Mallo López (1913-1995), y artista plástica. Fue la última esposa del gran Abel Fleury (1903-1958), con el que llegó a tocar en dúo.

Esta información se la debemos al guitarrista Gustavo Antonio Aponte, el cual entró en contacto con la familia Taboada. También fue quien aportó un ejemplar de esta obra para la presente edición.

El arreglo de Rosati de «Río arriba, tu voz…» fue publicado por la editorial de Buenos Aires Julio Korn, impresa el 5 de noviembre de 1962. En la partitura encontraremos la letra de la guarania, que se da por hecho que hay que conocer la canción para poderla integrar con la melodía, ya que el texto no tiene notación musical. Otro detalle es que el apellido del compositor aparece como «Marafiotti» (realmente es Marafioti).

En la edición publicada por la editorial se encuentran numerosos errores de maquetación (notas, alteraciones, indicaciones de cuerda, cejilla…), impensable es que vinieran de origen del manuscrito original que entregaría Rosati a la editorial. En la presente edición han sido corregidos todos esos fallos.


Partitura: Río arriba, tu voz…

Letra «Río arriba tu voz...»


Puesta de sol desde tus ojos,
árbol que quiso ser tu canto.
Camino, negro camino mío,
con seis cintas de olvido,
en tu destino.

Río arriba tu voz...
Río abajo quedo yo.
Farol que se hizo luna,
para alumbrar tu voz.

Litoral te estoy cantando,
con un gemido en mi voz,
si tu río ya no vuelve...
y esa alondra ya no está,
para qué yo he de cantar.

Agradecimientos

María Concepción Patrón
Gustavo Antonio Aponte

domingo, 4 de junio de 2023

Bailecitos escritos por Oscar Rosati


Cuando debo tratar sobre folclore argentino en los artículos de Rosati suelo pedir asesoramiento a guitarristas especializados, uno de ellos era mi entrañable amigo Alberto Chahin (1947-2023). El presente artículo es el último en el cual me dio consejo, al final del texto le dedicaré unas palabras.

El bailecito

El bailecito es una danza folclórica originaria de Bolivia, se tiene documentado desde principios del s. XIX. Durante su expansión llegó a enraizar en varias provincias argentinas, como Jujuy, Salta o Tucumán, lugares donde se interpretan y bailan en la actualidad. La guitarra acompañante también llegó a esta danza, aunque, nos comenta el guitarrista Alberto Chahin, no es habitual encontrarla en el repertorio de la guitarra solista, a diferencia de danzas como el gato, la zamba o la milonga

Oscar Rosati escribió, según tengo documentado, dos bailecitos originales para guitarra. 

Bailecitos escritos por Oscar Rosati

Kanchis Soruco

El origen del título es la premiada obra literaria Kanchis Soruco del escritor argentino Fausto Burgos (1888-1953). La novela es un drama puneño (de Puno, ciudad del Perú) en la que se narra el triste enfrentamiento entre el mundo quechua y la gente de ciudad. Esta novela incluso llegó a tener versión teatral con el título «Kanchis Soruco o los parias de la montaña». Representándose en los años cincuenta en el «Teatro del Pueblo» de Buenos Aires bajo la dirección de Leónidas Barletta (1902-1975). 

Rosati dedicó este bailecito al mismísimo Fausto Burgos, pero no tengo documentado si ellos llegaron a conocerse personalmente. Rosati, como norma, dedicaba sus composiciones a personas con las cuales tenía contacto: amigos, familiares o colegas. Podría darse el caso, en esta ocasión, de que Rosati hiciera un tributo a esta novela y su autor.

El guitarrista Gustavo Antonio Aponte recuerda que la obra Kanchis Soruco, al igual que Cardones (también de Rosati), fueron impuestas en uno de los concursos del Círculo Guitarrístico Argentino de Buenos Aires. 

La partitura fue publicada por Antigua Casa Nuñez, impresa el 9 de septiembre de 1961. La edición que presentamos se basa en un ejemplar cedido por el antes mencionado guitarrista Gustavo Antonio Aponte. 

Partitura: Kanchis Soruco

Con relación a esta obra tenemos una bonita anécdota que me narró la eminente guitarrista María Concepción Patrón, forma parte de su biografía:

De 1962 hasta 1965 toqué cada año en los conciertos auspiciados por la Asociación Guitarrística en el Teatro del Pueblo (en diagonal Roque Saenz Peña). En el año 65 toqué la obra Kanchis Soruco, ese día vino al recital Silvano Picchi* (yo ni lo conocía) a escribir su crítica sobre el concierto. Cuando salió publicada lo llamé para agradecerle sus elogios, él me pidió una copia del Kanchis porque le había gustado mucho. Así que cuando le alcancé la partitura nos conocimos y ya no nos separamos más. Al siguiente año nos casamos y vinieron los hijos, así que hasta el año 1975 no volví a actuar.

* Reconocido compositor y destacado crítico musical del diario «La Prensa». De origen italiano (Pisa, 1922) se radicó en Argentina desde 1926. Falleció el 18 de octubre del 2005.

Coya soy 

El término «coya» hace referencia a un conjunto de pueblos indígenas andinos pertenecientes al norte de Argentina. Precisamente Jujuy, Salta o Tucumán, lugares donde arraigó el género del bailecito.

Esta obra la encontramos dentro del repertorio que incluyó Rosati en su segunda cartilla de la guitarra, publicada por Antigua Casa Nuñez. Fue impresa en Buenos Aires en junio de 1966.

Partitura: Coya soy

Agradecimientos 

Alberto Chahin 
Gustavo Antonio Aponte 
María Concepción Patrón 


Unas palabras dedicadas mi amigo el guitarrista Alberto Chahin 

Con Alberto entré en contacto a principios de enero del 2021. Me dirigí a él por la razón de que sabía que había tenido un dúo de guitarras con el intérprete José Smiroldo, amigo del maestro Rosati y fuente de muchas de las obras que estoy publicando. Alberto me comentó que ellos habían tenido una gran amistad y que habían tocado juntos durante muchos años. Una de las obras que solían interpretar era el dúo «Dos Diablitos» de Oscar Rosati.

Alberto Chahin
Alberto Chahin
Desde el primer momento Alberto y yo entablamos una buena amistad, continuamente nos comunicábamos por mensajería, llamadas o videoconferencia. Cualquier obra que yo publicaba de Rosati él enseguida la revisaba y la tocaba, me enviaba sus interpretaciones y me avisaba de cualquier errata que yo cometiese en la edición. ¡Incluso un día fue a visitar la antigua casa de Rosati en Santa Clara del Mar para documentarme sobre ella!

Era una persona con una vitalidad y positivismo envidiables, siempre me alegraba hablar con él.

Alberto, como experto en autores como Abel Fleury o el folclore argentino, siempre me instruía sobre los diferentes géneros argentinos que tenía que tratar en mis artículos, de hecho, participó en muchos de ellos. Siempre me ilustraba de viva voz, explicándome de una forma muy vívida sus conocimientos sobre músicas como el estilo, la milonga o el gato. El último artículo en el cual me asesoró fue precisamente este, el dedicado al bailecito. Aún recuerdo su última conversación, ese día lo encontré realmente agotado y sin fuerzas, en esas condiciones quería interpretarme un bailecito con la guitarra para que yo supiera como tenía que ejecutarse. Eso fue el pasado 13 de abril, poco tiempo antes de fallecer. Él siempre me ocultó su enfermedad.

Es increíble que, teniendo en cuenta el trance por el que estaba pasando, nunca paró de trabajar con sus alumnos, colaborar en mi trabajo o pensar en futuros proyectos. Todo eso sin quejarse en ningún momento. Uno de esos proyectos, siempre me comentaba, era la preparación para concierto de la suite de Rosati «Serie a la manera antigua», la cual estaba estudiando y le entusiasmaba especialmente.

Era tal su positivismo que siempre me repetía, aun estando enfermo (sin yo saberlo), que deseaba venir a Barcelona y conocernos personalmente. Era un día que yo estaba esperando con ilusión. Lo que sí pudo hacer, y en dos ocasiones, fue colaborar desde Argentina en el programa radiofónico «Guitarra para todos» emitido desde Barcelona, dirigido por el guitarrista, también argentino, José Luis Benítez. José Luis, buen amigo mío y también colaborador en el trabajo dedicado a Rosati, preparó un programa especial dedicado a la memoria de nuestro querido Alberto Chahin. Aquí dejo el enlace:


El día que falleció, el 6 de mayo, lo primero que hice fue guardar todas sus conversaciones como un tesoro. Al descargar los archivos probé uno al azar para asegurarme de que los podía escuchar. En ese mensaje Alberto me hablaba sobre los sincronismos, en concreto uno relacionado con una de las obras de Rosati, además, me comentaba que él prestaba especial atención a ese fenómeno y que en algún momento quería hablar conmigo al respecto. Como exclusivamente hablábamos de música no quise desarrollar ese tema, aunque, él no lo sabía, uno de mis trabajos trata precisamente sobre los «sincronismos exóticos», los cuales califico de fenómenos inteligentes y no casuales. Al escuchar por «azar» ese mensaje, el único entre muchísimos sobre música, me puse en guardia. Intuía que algo iba a pasar en breve, y así fue: pocos días después me llamaron dos Ángeles. Me explico:

Los profesores particulares de guitarra sabemos lo difícil que es conseguir alumnos, es un proceso lento y espaciado en el tiempo, precisamente no ocurre todos los días. Pues el día 11 de mayo (5 días después del fallecimiento de Alberto) me llamaron dos personas, con escasos minutos de diferencia, para que yo les diera clases. Esas personas eran de poblaciones diferentes y no se conocían entre sí. Conseguir estos dos nuevos alumnos lo consideré como un gran regalo, pero lo sorprendente es que los dos tenían el mismo nombre: Ángel. Nombre con una connotación muy especial dado el caso. 

Puede ser una tremenda (exótica) casualidad, pero para mí es un saludo de mi querido Alberto. Seguro que sigue con tantas ganas de ayudar y hacer cosas por los demás, como hizo hasta hace bien poco en la Tierra.