En 1963 Rosati publicó una versión muy especial del libro primero del «Método completo para guitarra» del maestro napolitano Ferdinando Carulli (1770-1841). Su gran novedad era el agregado de segundas guitarras a los 22 estudios de dicho libro, convirtiéndolos en dúos.
Para esta edición Rosati escribió un entrañable y nostálgico texto, lleno de admiración al maestro italiano y todo un homenaje a la pedagogía guitarrística:
Cuando por primera vez abrazamos una guitarra, difícilmente lo hayamos hecho sin la presencia tutelar de un libro en cuya tapa se leía: “Método para Guitarra de Fernando Carulli”. Lo abrimos, y de esta manera, entramos maravillados en el mágico mundo de los sonidos.
Pasó el tiempo. Mucho anduvimos por el camino del “oficio”; pero de tanto en tanto nos deteníamos para volver un poco a nuestro atril de origen. Allí nos aguardaba como una madre musical, el “Método de Carulli” y al repasar aquel inolvidable “do do mi, sol do mi” del primer arpegio sentíamos la misma profunda emoción de la primera vez. Seguíamos leyendo; a cada estudio revivíamos aquellos días luminosos en que “ya tocábamos por música”, sin pensar tal vez que en esos repasos, estábamos tocando en realidad la canción de cuna de nuestra vida de guitarristas.
Si alguna vez quisimos desentrañar aquel hechizo, ha debido ser sin duda con el pensamiento puesto en la candorosa belleza de esa música sencilla. Porque son candorosas y bellas las cosas sencillas.
Muchas veces, con algún compañero de curso, hemos tocado estos estudios al unísono. Así quizás nació la idea de hacerle segundas guitarras a los estudios del libro primero, pensando con ello incorporar una nueva disciplina en la práctica del instrumento, tratando de lograr entre otras cosas, un mejor solfeo, mayor dominio individual de la partitura y si cabe, un mayor deleite.
Es sabido que en la literatura guitarrística de Carulli, figuran dúos magistrales por su sentido didáctico y su perfección armónica; lamentablemente estos dúos no están al alcance de la mayoría de los estudiantes de guitarra; razón por la cual, la publicación de estas segundas guitarras podría ser una solución en ese aspecto.
Permítasenos decir a manera de confesión, que el componer estas segundas guitarras, no fue de manera alguna un trabajo y mucho menos, difícil; por el contrario, ha sido un verdadero placer, ya que en los estudios de Carulli, las sugerencias afloran generosamente.
Buenos Aires, octubre de 1963.
Oscar Rosati
El Carullsati
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Archivo Lucio Núñez (impreso en 1979) |
Lucio me ayudó mucho a arrancar mi investigación dedicada a Rosati: me transmitió recuerdos sobre Oscar; me presentó a su estimada colega María Concepción Patrón (amiga y alumna de Rosati); me envió la primera fotografía y currículum del maestro y, muy importante, me compartió todo su archivo de partituras de Oscar Rosati. Entre esas obras había una que me sorprendió por su originalidad y curiosidad: los 22 estudios con segundas guitarras de Carulli-Rosati. Así es como descubrí esta peculiar obra.
Sorprendentemente, pocos meses después, tuve una anécdota relacionada con estos dúos:
El 5 de noviembre de ese mismo año asistí a un homenaje dedicado al histórico guitarrista catalán Miquel Llobet (1878-1938), formaba parte de una de las actividades del «Certamen Internacional de Guitarra de Barcelona Miquel Llobet» 2017 de Barcelona. El acto fue en el cementerio de Poblenou, delante de la restaurada tumba donde estaba enterrado Llobet. Se hicieron parlamentos e incluso se interpretó alguna obra de guitarra delante del sepulcro. Entre los asistentes, como no podía ser de otra forma, estaba el creador y presidente del festival, el eminente guitarrista chileno Eulogio Dávalos (1944, Santiago de Chile). Aproveché para acercarme a él y preguntarle sobre mi profesor de guitarra, Pablo Vaca Guardia (1954, Trinidad, Bolivia), ya que sabía que habían trabajado juntos en los años 80. Eulogio, artista de porte imponente y serio, me contestó muy educadamente, yo le escuchaba con mucho respeto. Antes de finalizar la conversación pensé en preguntarle, por si tenía suerte, si conocía a un tal Oscar Rosati, en ese momento se le iluminó el rostro e incluso sonrió. Solo sabía una cosa de él y me lo explicó con importante admiración: me habló de los 22 estudios de Carulli-Rosati.
Fueron pasando los años e iba retrasando el momento de editar esta magna obra, dada la cantidad de tiempo que requería esta empresa. El empujón me lo dio María Concepción Patrón a principios del 2025 a partir de una conversación por correo, en uno de los mensajes me preguntó si ya había publicado el «Carullsati». Este simpático título fue ocurrencia, a modo de broma, de la guitarrista Ofelia Delfino de Reyes, primera profesora de Patrón y buena amiga de Rosati. Esta designación de los dúos me hizo mucha gracia y me recordó la tarea que tenía pendiente, así que me puse manos a la obra.
En una de mis numerosas conversaciones con Luis Horacio Almirón (alumno y amigo de Rosati), le comenté que estaba preparando los dúos Carulli-Rosati. Gracias a ese comentario Luis recordó una información muy importante sobre el proceso de elaboración de esos dúos. Esto me comentó:
—Para trabajar los dúos de Carulli, Oscar había comprado un equipo de grabación de cinta abierta (muy importante para esa época). Creo que era un equipo Telefunken o Grundig (marcas alemanas). Con ese equipo estuvo trabajando en la composición de los dúos.—
La obra y su nueva edición
Carulli presentó por primera vez su método en 1810, él mismo fue actualizándolo a medida que se daba cuenta, según sus propias palabras, de las carencias de la versión original. En 1842 presentó la que podríamos denominar “versión definitiva”, que es la que se ha ido publicando desde entonces hasta la actualidad en numerosos países e idiomas. Una de esas ediciones, en español, fue publicada por la editora «Romero y Fernández» de Buenos Aires en algún momento entre los años 20 y 30, su época de actividad. Tal vez esta publicación fue la que utilizaba el profesor de Rosati, Humberto Naddeo, en sus clases y la que tan buenos recuerdos le reportaron, es una conjetura.
Lo que es seguro es que Rosati utilizaba con sus alumnos, por lo menos en los años 50, la edición de Ricordi Americana.
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Archivo Luis Almirón |
Fue en 1963 cuando Rosati presentó su versión del «Método completo para guitarra» de Carulli, pero con la original novedad de convertir, opcionalmente, los estudios en dúos. El trabajo del maestro fue brillante, da a los estudios una nueva dimensión armónica, melódica e incluso contrapuntística. Convirtiendo estos sencillos y bellos estudios en dúos dignos de tocarse en recitales. En general, estas segundas guitarras también pueden interpretarse independientemente de los estudios de Carulli, dada la calidad de sus melodías. Realmente, las dos guitarras están al mismo nivel de calidad musical, por lo que una no es sumisa de la otra, sino una danza bien compenetrada entre dos guitarras solistas.
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Archivo Daniel Küper (impreso en 1993) |
El documento utilizado para esta nueva maquetación es el ejemplar que me compartió Lucio Núñez. El trabajo de edición ha sido muy prolongado dada la cantidad de material a revisar y transcribir, sumando la enorme cantidad de digitaciones que incluyó Rosati en su edición. Como novedad, he colocado en el mismo campo de visión la partitura de las dos guitarras, facilitando así la compenetración entre los dos intérpretes.
Partitura: CARULLI «Método de guitarra, Libro primero» (con el agregado de 22 estudios para segundas guitarras)
Agradecimientos
Lucio Núñez
María Concepción Patrón
Luis Horacio Almirón
Daniel Küper
Jordi Pizarro Valero