Una característica importante de Rosati era su personalidad. Gracias a su carácter sociable y amable era una persona muy querida, al mismo tiempo era bromista, excéntrico y con un particular sentido del humor que le acompañó hasta sus últimos días.
Siempre de buen humor y espíritu juvenil, tenía gran afición a la lectura de historietas; su casa de veraneo, en Santa Clara del Mar, la bautizó con el simpático nombre de “El Langostino Melancólico” (tal vez un homenaje al personaje de historietas Langostino Mayonesi de Eduardo Ferro) y a la entrada de su frondoso jardín podíamos leer un decorado cartel que ponía “Bienvenidos a la Selva Amazónica”; su mascota no era un animal nada habitual, se trataba de un Tero (Vanellus chilensis) que encontró en la playa herido y él lo rescató y cuidó. También se podría hablar de sus arranques teatrales en cenas y celebraciones o sus peculiares bromas al prójimo. Tampoco podemos olvidar su compromiso matrimonial con Elisa Quartara, que se celebró en pleno vuelo.
Oscar Rosati atacado por los músicos de la orquesta |
Esta personalidad se transmitió también a su música, su espíritu más infantil lo encontramos en la temática de mucha de sus obras: “Cinco piezas para juguetes”, “Un cuentito para Alicia”, “Danza del oso mimoso”, “Dos diablitos” etc. Este rasgo creo que es vital para entender su sensibilidad y genialidad a la hora de escribir sus obras pedagógicas.
Sus rasgos cómicos y humorísticos los encontramos, por ejemplo, en su gato (danza folclórica) “Maullato ma non troppo”, en la antes mencionada “Dos diablos” o la obra que vamos a tratar en esta ocasión: Mudanzas sobre "No te avives y devuélveme las vacas”.
Para entender esta partitura nos tendremos que extender un poco.
Rosati era muy aficionado a la música antigua, la prueba de ello es su arreglo para guitarra de la “sonata nº 2 para violín de J. S. Bach” o las obras que escribió inspirándose en formas antiguas, ejemplos serían: “Serie a la manera antigua” (ganadora de un concurso), “Siciliana y danza Rústica” o Mudanzas sobre "No te avives y devuélveme las vacas”.
Esta última partitura hace referencia a una composición de un autor español del siglo XVI, el vihuelista Luys de Narváez (ca. 1500-1552). Él publicó en 1538 una obra titulada Diferencias sobre "Guárdame las vacas”. Obviamente, el título de Rosati es una respuesta con mucho humor al título de la obra de Narváez. La cosa no acaba aquí como después veremos.
La música de Narváez, y otros vihuelistas, se hizo muy popular entre la comunidad guitarrística a partir de mediados del siglo XX gracias al eminente musicólogo catalán Emilio Pujol. Rosati, con toda probabilidad, conoció las “diferencias…” a partir de la edición de Pujol ya que las siguientes bromas están confeccionadas siguiendo la estructura de la edición de este musicólogo:
Título de la obra:
Pujol: Diferencias sobre "Guárdame las vacas”
Rosati: Mudanzas sobre "No te avives y devuélveme las vacas”
Tempo de la obra:
Pujol: Tiempo medio
Rosati: Tiempo más o menos
Autor y fecha de publicación:
Pujol: Luys de Narváez 1538
Rosati: Oscar de Rosat hacia 1977 (el apellido se lo cambió para la ocasión)
Digitación de la obra:
Pujol: En ninguna de las obras cifradas para vihuela figura digitación alguna.
Rosati: Digitación, tímida y humildemente sugerida. (perdón y además, please) O. de R.
También la dedicatoria es muy peculiar:
Al azote del mar Egeo, Pablo Anapios
Pablo Anapios, gran amigo de Rosati, fue un guitarrista argentino muy involucrado en las actividades guitarrísticas de su país. Fue presidente del “Círculo Guitarrístico Argentino” en una etapa muy prolífica gracias a los concursos de guitarra que organizaban. Aun siendo muy amigos Pablo y Oscar, este no desaprovechaba ninguna oportunidad para desarrollar sus bromas, es el caso de la dedicatoria de “Mudanzas…” que gracias al hijo de Pablo, Juan Manuel Anapios, podemos conocer su procedencia:
Pablo Anapios |
Si analizamos musicalmente “Mudanzas…” Rosati se pone más serio.
Narváez basa su obra en una canción popular de la época titulada “Guárdame las vacas”. Esta tiene una secuencia muy sencilla de acordes que se mantiene a lo largo de todo su desarrollo. En la versión que estamos analizando es la siguiente:
Con la melodía original de la canción hará unas variantes basadas en un método de composición, muy innovador en su época, llamado “diferencias” (posteriormente se cambió el término por “variaciones”).
Con éste sistema el autor recrea la melodía, y otros elementos de la obra, de diferentes formas creando varias versiones de la misma, eso sí, sin alejarse excesivamente de la fuente original para que esta siga siendo reconocible. En esta ocasión Narváez crea 4 diferencias (versiones de la obra) finalizando con una coda (final).
Rosati sigue estrictamente la misma metodología, pero en su caso son 6 las “mudanzas” (variaciones) y finalizando también con una coda. El estilo entre las dos obras es tan parecido que perfectamente se podrían tocar juntas, eso sí, es aconsejable seguir un orden cronológico. Yo recomiendo tocarlas seguidas para dar sentido a las propuestas de Rosati, por eso he incluido en esta edición la versión de Narváez.
Víctor Estrada Mañas
Mollet del Vallès, febrero 2018